jueves, 7 de septiembre de 2023

Mujeres indomables


Cuando estamos pinchando y pongo el disco de María Jiménez siempre pienso que pongo el disco como un anticlímax. Pongo Se Acabó y creo que no pega con nada de lo que hemos puesto, aunque hayamos puesto rumbas, o gypsy rock o rock gitano, esta canción no encaja. Aunque tenga todo que ver. Encontré el single en una tienda de discos de Sevilla y me pareció tan barato que no me lo pensé, 2 euros. Cómo no me lo iba a comprar. Desde entonces suena siempre, en cada pinchada. Y es de las que más se baila. Sobre todo la bailan las mujeres, claro. Y ya es poco elegante escribir ese 'claro'. Hoy se ha muerto María Jiménez. Nos asaltan los resúmenes de su vida. Mujer indomable, fiera, salvaje. Una imagen de una mujer agreste y porqué no decirlo, agresiva que, claro, se había atrevido a cantar Se Acabó, cómo podía no ser de otra manera. Y que sobre el escenario se expresaba de una manera tan poco recatada que no podía resultar de otra manera que salvaje. Los estereotipos funcionando a toda mecha. Y sin embargo, otros resúmenes de su vida inciden en la relación absolutamente tóxica con José Sancho y cómo esta relación marcó su vida y su carrera llegando prácticamente a anularla. Cómo puede ser, si nos acabas de decir que era una mujer indomable, salvaje, fiera, que pudiera no escapar y ser libre y todo eso que se presupone en el estereotipo y en sus actuaciones que debería ser. Supongo que las personas somos complejas y esa imagen que proyectamos o se encargan de proyectar por nosotros se rompe cuando entran otros condicionantes y no sabemos escapar de espirales que nos llevan hacia donde no queremos. Por muy indomables y salvajes que seamos sobre el escenario. Así, nos encontramos con múltiples casos de artistas que son ejemplo de tanto y que finalmente son vidas deplorables. No es el caso de María Jiménez, que no es un ejemplo de doblez, sino más bien de mala suerte y víctima de un tiempo donde esas cosas que pasaban eran eso 'cosas que pasaban' y que hoy nos parecen de otro mundo. ¿Verdad? A nadie le pasa. Como algunas veces decíamos con las colegas, que no te pase. Lo más grande que le ha podido pasar a María Jiménez es, al menos, haber vivido para poder apreciar que su Se Acabó se ha convertido en el lema de un nuevo paso adelante del feminismo combativo a la hora de no callar los abusos dentro de ámbitos como el deporte o el periodismo por ejemplo. Se Acabó, pero con María Jiménez de fondo, todo sigue.  

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