jueves, 2 de junio de 2016

Esta es la historia de los 20€


El otro día, caminando por un parque de la ciudad que muy poca gente transita, situado entre la avenida Generalitat y el Poli Nuevo, me tropecé con 20€. Fue el lunes. Desde el lunes hasta hoy, no creo que hayáis tenido noticias mías, así que os voy a contar lo que pasó.
Tal y como me tropecé con los 20€ hice ademán de buscar con la mirada la presencia acechante de un individuo o individua, por si se le habían caído a alguien y así dar la impresión de que pretendía devolverlos a su dueño, pero en realidad fue un mero gesto de reconocimiento visual que me permitiera asegurarme de que no estaba siendo objeto de una trampa o algún tipo de artimaña del estilo 'cebo' y así luego ser acusado yo de sustraer 20€ de algún inocente ciudadano o ciudadana. En fin, que cogí los 20€ y me fui al bar que hay enfrente del Pabellón. El Poli Nuevo.
Me pedí un quintito y le pedí al camarero que me facilitase cambio. Me lo iba a jugar todo a la tragaperras. Dinero llama a dinero. Si ese era mi día de suerte, debía ser de verdad mi día de suerte. No soy persona de medias tintas y si huelo una posibilidad de éxito me lanzo hacia ella como un lobo. El quintito ni me lo bebí, porque no me gusta la cerveza, pero lo pedí para despistar. Para que quienes pudieran conocerme no sospecharan. En plan 'no, si a este no le gusta la cerveza'. Pero era yo. Me pedí las monedas, me enganché a la máquina, que era de estas que están decoradas con motivos del Far West y empecé a jugar. Todo iba viento en popa. En la tele, una novela de época, en mi cabeza, dinero. Dinero. Empecé a encadenar premios. Tenía la máquina calentita, cuando de repente, la rubia del dibujo con las trenzas grandes me habló. Y yo esperaba que me dijera algo en plan 'nos vamos a ir los dos por ahí y nos lo vamos a pasar de puta madre cabalgando por las praderas y bañándonos desnudos en el río Kansas o Arkansas', pero no. Va y me dice 'tu suerte va a cambiar, vas a perderlo todo, estoy en manos de un ciudadano asiático que me tiene robado el corazón y tú simplemente eres carnaza, me has caído bien, tienes ojos de buena persona, corre, vete, vete y guarda tu dinero'. Pero yo no le hice caso, porque iba lanzado y pensaba 'joder, pudiendo decirme otra cosa, va y...'.
Vamos, que empecé a echarle pasta y venga a perder y a perder y me quedé sin nada. Yo que sé, Me vine abajo. Y me fui al camarero, dueño del bar además, y le pedí que me devolviera los 20€, porque me había equivocado y quería mis 20€. Que la de la máquina me había hablado y que me devolviera por favor los 20€. Y que el quinto no lo había ni tocado, que lo podía volver a utilizar. Que me los devolviera por favor. Y me dio por llorar. Y un barraquerón que cogí, y venga, que me devuelva los 20€, que por favor mis 20€, mis 20€, por favor que la máquina se los había quedado. Que me devolviera los 20€, si total no llevaba allí ni una hora y sólo era cuestión de que me devolviera mis 20€ y todo se quedaría en paces. Que mis 20€. Llorando y llorando y lllorando con tres lll y todo. Y venga a llorar y mis 20€ y mis 20€. Por favor, que me había encontrado 20€, que la alegría que me había dado, que yo pensaba, que por favor. Que mis 20€, que me los devolviera, porque no pasaba nada si me los devolvía. Que yo no iba nunca a ese bar, pero que me los devolviera, porque mis 20€, y por favor y por favor. Y venga a llorar. Y a llorar y a llorar. Y un barraquerón. Y mis 20€. Y por favor, devuélveme mis 20€.
Y yo no sé qué pasó que me los devolvió y me fui a mi casa y le saqué una foto al billete para no olvidarme de él. Y he pasado todos estos días abrazado a mi billete de 20€.
Pero hoy no sé qué ha pasado que los he perdido. No los encuentro.
Mi billete de 20€.

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