miércoles, 14 de diciembre de 2016

El misterio del banco vacío

Los días de sol son maravillosos porque se llena la ciudad de sol. Con frases como esta, puedes ganar un imperio. El otro día iba paseando por el río y pensaba en los imperios que han sido en el mundo. Quise comenzar por el principio y como no supe a ciencia cierta cuál de ellos había sido el primer imperio, decidí cambiar de tema. Justo al llegar a cierta altura del Paseo por la parte del vial, ví que un notas con un suéter de pico, camisa y pantalones que querían ser estrechos pero que no lo eran y que avanzaba delante mío a paso ligero (y por eso me había llamado la atención), se daba la vuelta, miraba en dirección a un banco vacío que había dejado atrás y después me miraba a mí, que estaba llegando a la altura del mismo. Como el día era maravilloso y me gusta sentarme de vez en cuando para dejar de contemplar el paisaje y juzgar los chándales de los demás, me pareció que el banco en cuestión parecía ideal para este desempeño.
Me senté y empecé a contarte cosas. Me gusta mucho contarte cosas porque yo hablo y hablo y tú te ríes y te ríes. A veces cuento cosas que parecen muy dramáticas pero no sé qué me pasa que tiendo a contarlas con algo, como una autopaodia y la gente no toma en serio lo que me acontece. Te hablaba y tú te reías, y me pedías que te contara más cosas, que te explicara otra vez lo de aquella vez que fui en coche a Granada y le eché Diesel y tuve que volver al pueblo cagando ostias porque no podía ni siquiera aminorar la marcha porque el coche se me moría. Y ya que estábamos te conté lo de aquella vez que yendo al pueblo del Edu cuando se casó el Edu, matamos una liebre por el camino y ninguno sabíamos cómo narices se mataba una liebre, o que yo no sabía cómo se mataba y allí montamos en mitad de un carreterín un festival del diablo y la liebre chillaba y al final consiguieron matarla y la metimos en una bolsa y la llevamos en el maletero. Y lo de que tengo una letra muy mala, no me la entiendo ni yo, y hago que apunto cosas cuando hago las entrevistas y no apunto casi nada porque luego no me entiendo y si no grabo las cosas ni me entero. Y que he tirado dos pares de bambas viejas y unas de ellas son las adidas que me compré en la tienda adidas de la calle Avinyó que me las compré al acabar una manifestación contra los bombardeos de Gaza, creo que fue en la operación Plomo Fundido, y fui solo a esa manifestación y al acabar me aburrí, no sé ni la de años que hará de todo eso. Y yo te iba contando y tú te reías y el sol cruzaba entre los mechones de tu pelo y el sol es maravilloso cuando te da así según cómo y tenías cara de tener la cara más linda que puede tener alguien con la cara más linda y pensé que eso que estaba diciendo lo había leído en alguna parte. Y me puse a contarte que fui a un concierto de Hidrogenesse en el Parque Europa, en un Sintonizza hace años en el que iban vestidos de tenistas, con el pantalón corto blanco y el polo blanco y llevaban bigote, y que cantaban la de Diorama y daban un salto así como para un lado. Vamos venga todos al Diorama, Rama lama ding dong... y daban un salto así como para un lado y me levanté y me puse a hacerlo de pie en el banco y el banco crujió, y de repente me dí cuenta de que tú no estabas allí y me bajé del banco corriendo y me puse a andar deprisa alejándome del banco vacío.
Y miré hacia atrás y me ví yendo al banco otra vez, a lo lejos.

4 comentarios:

  1. RE: ¿Sabe ud algo que yo no sepa?...

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  2. ¿Sobre qué va a ser? Sobre la leche Euskal Herria.

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  3. Tenía que se una liebre... ¿No podía ser una gallina? Joselito también lo lee, y se le ha fruncido el ceño con lo de la cacería.

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