lunes, 2 de septiembre de 2024
Casa en flames - Dani De la Orden
Prácticamente desde que apareció en la cartelera, las voces que me llegaban recomendando esta película eran numerosas y algunas, incluso, de calidad. Gente a la que le tengo confianza me decían que tenía que ver esta película. Una familia que se reúne en una casa y pasan cosas. Con este planteamiento, yo esperaba una película y me encontré con otra. Una película divertida, que me hizo reír en muchas ocasiones, pero una película reconocible y que se alejaba de algo que yo me había construido. Donde yo quise ver una película, me encontré con que, cuando salía del cine, me dejó una sensación de que había visto una de esas películas francesas que nos venden sistemáticamente como 'la comedia francesa del año'. Familias burguesas que se enfrentan a los choques generacionales o a un mundo cambiante y que con humor nos van dejando un mensajito a veces bastante sospechoso. No es el caso aquí, donde todo es bastante más blanco y no hay ninguna crítica, si acaso, a la pérdida de las relaciones familiares o a la superficialidad. Porque es una película que retrata a una familia que es el arquetipo de la familia catalana bien a la que, se supone, todos queremos parecernos, los de muy de izquierdas y los que tralarí tralará. Casa en Cadaqués, dinero para un terrenito en la Cerdanya, preparando una maqueta, despacho de arquitectos o de abogados... un microcosmos, unas referencias, que pueden convertir a la película en una de las más taquilleras basándose también y mucho en unos rostros conocidísimos de la escena catalana y estatal. Emma Vilarasau, un mito desde los tiempos de Nissaga de poder, hace un gran papel, pero no menos el resto del elenco. No podría destacar a ninguna o ninguno sobre los demás, porque todos desempeñan magistralmente unos papeles y unos carácteres que, seguro, no les son ajenos. Porque, insisto, películas, series, ficciones televisivas en los que las y los protagonistas son más o menos esos mismos, ya los hemos visto. Que esta película tenga más o menos gracia, es la diferencia. Sin crítica y sin sangre. Pero con gracia. El argumento. Pues eso, una familia se reúne a iniciativa de la madre en la casa de Cadaqués que ella quiere vender para pagarle la residencia a la abuela. Dos hijos que no ven ni a su madre ni a su abuela, con sus respectivas parejas e hijos, junto con el ex marido que acude con su nueva pareja para evitar que la casa que venda, componen el cuadro. Finalmente, lo que queda, es la llamada de atención de una mujer que necesita el cariño de quienes considera que deben devolverle lo que ella les ha dado. Eso de que amar es dar, pues no. Y a todos nos ha pasado y por eso es reconocible y por eso quizás, puede que haga que nos identifiquemos con ella. Y por eso todo.
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