martes, 27 de marzo de 2018

Karpov

Viejo, sucio y sin peinar. Viejo, sucio y sin peinar. Viejo, sucio y sin peinar. Llevo todo el día pensando esto. Viejo, sucio y sin peinar. Y me da igual y no me da igual. Porque he salido tarde y no había agua en casa y tenía que llegar aquí y ponerme con el tema. Viejo, sucio y sin peinar. Y con el quiqui atrás levantado. Y con la chaqueta que ya huele a tigres, a leones y a todos los campeones juntos. Y qué. Si llevamos tanto tiempo hablando de la estética y de que no es importante y que lo importante es otra cosa, a qué viene preocuparse por eso ahora. Y sin embargo, no sé, yo estoy más cómodo los días que salgo limpio de casa, los días que no llevo el quiqui levantado atrás. Viejo, sucio y sin peinar. Esa imagen de descuidado, pero no de descuidado chic, no, de descuidado, de que no te estás lavando, de que has perdido la referencia de la higiene. Estoy jugando mal. Y estoy jugando peor. Porque soy viejo y ya no juego a nada. Y me pongo delante del tablero porque todos esperan de mí que me ponga delante del tablero y me ponga a jugar y tarde mucho en hacer las jugadas y no haga grandes alardes de agresividad, si no que me mantenga reservón, me mantenga agazapado, conservador. Viejo, sucio y sin peinar. Viejo, sucio y sin peinar. Y el rival es un jovencito. Y todos son jovencitos. Y todas son jovencitas. Y todo el mundo es muy joven y tiene muchas ganas de jugar y de ser alegre y agresivo y hacer innovaciones e inventar y parecer moderno y estar contento de vivir y de ser jugador de... como aquel, como el de siempre. Y yo parece que voy cada vez a peor. Cada vez más viejo, más sucio, con el pelo aplastado, con la chaqueta con cerco, me queda grande, esta chaqueta me queda grande. Y maniático, siempre preocupándome por estas cosas, que si el cuello de la chaqueta, que si las mangas, que si huelo mal o si huelo bien, que si el pelo. El pelo, cómo puedo ir con ese pelo, pero ese pelo no se me va a poner bien nunca más. Ese pelo. Qué desastre. Estoy intentando mantener el tipo, este chaval ataca y no deja respirar, este chaval cree que puede ser más rápido que la máquina, ya hemos perdido con la máquina, o no. No lo sé. Antes yo tenía una teoría para cada cosa, una respuesta cierta para cada problema, y ahora estoy aquí, porque tengo que estar, porque la gente espera de mí que esté y que llegue y me siente y ponga cara de miedo, para que contraste más con ese jovencito que parece que ha descubierto la vida y el ajedrez y su puta madre y es feliz y lo dice y lo cuenta y lo proclama. Y yo voy a mover esta torre aquí, al ladito, aquí, para que sepas que huelo mal pero que por aquí vas a entrar cuando yo te diga. Pero ya el hecho de que me proteja dice que estoy mal. Huelo mal. Viejo, sucio y sin peinar. Y vas a hacer la broma. Pero ya estás perdido.

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