miércoles, 14 de marzo de 2018

La historia que contaba el señor Sangré

La historia que contaba el señor Sangré se parecía mucho a la típica historia en la que el rico propietario de la empresa se preocupa mucho porque su hijo pequeño, el más atrevido y el que más se parece a él cuando era joven, se dedica a frecuentar círculos poco recomendables, en la universidad, y no acaba la carrera porque se va a vivir con una chica de otra clase a una ciudad de extrarradio y ambos empiezan a militar en organizaciones de extrema izquierda y tienen una hija y viven de lo que trabajan y ella sabe que él es de otra pasta y finalmente él la abandona con su hija en esa ciudad del extrarradio y vuelve al hogar familiar porque ha quedado una plaza vacante y ella le dice que no vuelva con su familia y él dice que debe volver y que ella se venga con él y con la hija y que su familia la aceptará y ella piensa que está renunciando a sus ideales y discuten y ella dice que él ha cambiado y que su pensamiento no era sincero y él está triste y enojado porque no entiende porqué va a tener que renunciar a sus ideales simplemente por volver a trabajar con su familia y considera que ella es una sectaria y se separan y no se vuelven a ver y él sabe que tiene una hija y no la conoce y un día la hija pregunta a su madre y ella le cuenta y entonces aparece en casa de la familia de su padre y el padre se emociona cuando la ve y quiere que disfrute de las oportunidades que le da ser quien es y aunque él se ha vuelto a casar y tiene dos hijos sabe que es ella la hija de su verdadero amor y la hija le dice que bueno y la madre se enfada pero no puede hacer nada porque está enferma y tiene la espalda echa una mierda de limpiar escaleras y sigue militando en un partido que asegura que el paraíso está cercano y la hija un día va a ver a su padre y cuando su padre la ve beber a morro de una botella piensa que se parece muchísimo a su madre y siente asco.
La historia que contaba el señor Sangré es muy parecida pero cambian algunos actores y situaciones, porque el señor Sangré reconocía que esa historia tan típica se había copiado de alguna novela de los setenta, en realidad la historia que contaba el señor Sangré es la de su hijo, la de su único hijo, su amado hijo, que no estaba bien, que bajaba todos los días a Barcelona desde la casa donde vivían y durante el trayecto en el tren siempre se sentaba al lado de otro chico o de otra chica de su edad y le preguntaba que cómo se llamaba, y dónde vivía, y que le gustaría tener un hermano que fuera como él o como ella, que realmente quisiera que fuera su hermano, que se sentía un poco solo por no tener hermanos, porque era hijo único, porque su padre, el señor Sangré, había estado casado con una mujer que había conocido una vez en un polígono industrial, que trabajaba de administrativa en una empresa de unos socios suyos y él era jovencito y se casó con ella y no se lo dijo a nadie y la quiso muchísimo, pero un día salió con unos amigos de juerga después de una visita de otros socios de Madrid y se lió con una y su mujer lo pilló y ella cogió una depresión y no salía ya nunca de la habitación porque pensaba que el señor Sangré la consideraba sucia, baja, que la culpa era suya y que no merecía salir de allí porque ella no le daba lo que el señor Sangré pedía y el señor Sangré dejó que ella se fuera pudriendo poco a poco hasta que se murió de pena y ya no tuvieron más hijos y esto se lo contaba el hijo del señor Sangré a la gente que pillaba en los ferrocarriles cuando bajaba a Barcelona a estudiar.

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