lunes, 14 de octubre de 2019

Anar a la brava

Mientras me pienso el título voy escribiendo. Hoy ha salido la sentencia. La sentencia condena a los políticos que todos conocemos a unos cuantos años de cárcel. De doce para abajo. Doce años de talego por ser unos políticos bastante deficientes. Políticos deficientes como somos todos. Ser político es barato. Puede ser político prácticamente cualquiera, cualquiera con ganas de perder la vergüenza y convencer a alguien de algo. O de ser convencido. Años de cárcel. Una sentencia que todo el mundo más o menos daría ya por descontada. Hoy tocaba la respuesta.
Tener más interés en la respuesta que en la condena. Años de cárcel. Hay peña que está en la cárcel por haberte tomado el pelo. Ese Romeva con quién hablaba cuando estaba allí en Bruselas, con quién se relacionaba, qué se pensaba que era el poder, quién mandaba. Qué le contaron.
Por la mañana todo parece que es poco. Las marchas, las reacciones, todo es consabido. La condena, las condenas, las reacciones, el malestar, es algo que nos afecta a todos. Los jordis, por ejemplo. Se suben a unos coches, montan un pollo, mandan a la gente a casa, no por este orden. 9 años. Nueve años de talego y llevan dos.
Da igual decir hoy que el procés y el independentismo en pleno progresivamente me ha ido suscitando menos simpatía. El otro día hablábamos de números absolutos. Una chica hoy hablaba al acabar la mani de Santa Coloma sobre cómo sigue funcionando el tema de que el nacionalismo es burgués y que ella jamás había votado a Convergència. Ya. ¿Y?
Sentencia a años de cárcel por ser unos políticos que confiesan que todo era un farol, que todo era nada. Y la gente sigue saliendo a la calle en masa, por ellos o por lo que sea, pero sale a la calle. Y cada vez le importa menos si le van a curtir el lomo o no.
Un fracaso de la sociedad.
Un éxito de la política.
Ahí nos tienen. Un éxito ver a Guardiola dando el mensaje para el mundo entero. Los kurdos están siendo masacrados en Turquía y no tienen a nadie que les haga el mensaje. Que nos den por el ñaca.
Se ha acabado el conflicto. Lo ha dicho Pedro Sánchez. El fracaso de los políticos. El éxito de los políticos. Nos reíamos de Mariano pero hemos descubierto el morro máximo, el supino, el más, el Magnum. El rollo ahora que se lleva es el siguiente:
Soy capaz de ser gobierno y ser oposición. De ir a una mani por la mañana y darte palos por la tarde. Con la misma cara. Con lo mismo todo.
Hemos perdido, amigos. Del todo. No sé si se conseguirá echar abajo el aeropuerto del Prat. Igual sí. Unos cuantos días de movilización. Héroes de la Unión Soviética. Los mossos repartiendo mientras te llaman los que mandan a los mossos a que sigas resistiendo.
Es todo mucho amigos.
Nos hemos ido a la mierda.
Nos hemos ido genéticamente a la mierda. Cómo acompañar en el sentimiento a alguien que te ha llamado genéticamente fascista. Lo siento, es una mierda que tu jefe esté en el talego por haberse creído que peleaban contra monguers. No son monguers.
Y tú nos llamas genéticamente nosequé.
Y todo parece que es nada. Todo parece que no sirve de nada. No tengo el mensaje grabado, no tengo el catálogo de frases con la palabra sueño.
El sueño se ha roto. Es preciso que la fuerza sindical sea el pegamento... y creo que tiene un mensaje oculto.
No creerte a nadie que no parezca que ya daba por descontado todo esto.
Nos hemos ido a la mierda. Discursos en la plaza, sin tener en cuenta nada, sin haber comprendido nada, pensando en que solo existen esas personas en la plaza, que el pueblo es eso. Y no tender ni un puto puente, todo el rato tendiendo trampas a ver si picamos.
Qué puta pena.
Pues ya nos hemos ido a la mierda. Y ahora a ver cómo avanza la noche y a ver si esto no entierra ya todo lo que pudo haber sido y no fue.
Por lo demás, pues nada. Jornada heroica y olor a otros días gloriosos. Quedémonos con eso. Vivir días gloriosos.
Con lo que tenemos, es con lo que tenemos que bregar. Sabias palabras.
Título sin decidir, lo que diga el de Omnium que habla ahora: anar a la brava. a

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