jueves, 17 de noviembre de 2022

Pan


Pan, pedían. Y él les explicó que su reclamación era justa, ya que él tenía un pan y que en condiciones normales no tendría ningún problema en entregarles un pan, ese pan, incluso una porción de pan, pero las condiciones no eran normales y los tiempos no estaban como para ir regalando pan. Pan, insistían. Y él volvió a decirles que, comprendiendo la necesidad, no iba a darles ese pan pero que, eso sí, les animaba a que encontrasen un pan o que lo poseyeran por sus propios medios. Les explicó que hacer pan no era un proceso demasiado complicado y que cualquiera podría hacer pan con un poco de paciencia y un fuego donde calentar la masa. Pan, exigían. Y tenéis razón, les dijo, pero también tengo razón yo para deciros que ese pan que me pedís no es vuestro y que es mío y que con la misma razón que vosotros me decís que sí yo os digo que no. Pan, clamaban. El pan, les explicó, es un alimento necesario y entiendo que por pan pedís no solo pan sino también todo lo que simboliza el pan, es decir, todo aquello que tiene que ver con el hambre. Porque lo que tenéis hambre, un hambre general y que no se reduce a este pan, lo que queréis es más amplio y perfectamente justo, por lo que no os voy a dar este pan ni un trozo de pan porque con este pan que yo os diera no se solucionaba el problema. Pan, insistieron. Es realmente admirable que mantengáis la reclamación que mantenéis desde hace tanto, tanto tiempo que quizás habéis olvidado que no es simplemente una reclamación lo que vosotros protagonizáis, sino que sois un símbolo y los símbolos no se pueden rebajar a pedir un pan, vosotros, que sois la semilla de una nueva sociedad y un nuevo mundo, no os podéis concentrar en este pan, sino que vuestras metas son más altas, mucho más gloriosas y que, perder el tiempo con esto no hace sino ralentizar el objetivo superior. Pan, repitieron. Siga usted, lector. 

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