martes, 15 de enero de 2019
Karpov
En el campo. Aquí, en el campo. Pocos lo saben, pero me encanta el campo. Me encanta no hacer nada en el campo. Me encanta ir al campo, pero no me gusta hacer nada en el campo. Puedo caminar por el campo, pero sin ningún tipo de interacción con los elementos que forman lo que los que creo que saben de esto llaman ecosistema. No me interesa. Quiero que esté bien, el ecosistema. Que no le pase nada. Que se conserve y eso, pero no soy de mucha acción en el campo. Como en todo. Soy más bien de no hacer nada. Estoy aquí, con una cosa que me he traído para ir haciendo como que hago algo, para que no me encarguen hacer otra cosa, la verdad. Me lo he traído y creo que lo tengo ya medio medio, pero me da cosa decir que ya lo he acabado porque igual me ponen a hacer algo. Lo que me escama es este señor. Aquí a mi lado. Ha venido y se ha puesto a mirar qué hago. Por un lado, tengo que decirlo, me gusta que la gente me mire mientras hago algo. No me gusta el exhibicionismo, pero me gusta que alguien mire lo que estoy haciendo. Que se interese. Me molesta que mientras lo estoy haciendo me vayan puntualizando, examinando. Eso no. Pero es que eso no creo que le guste a nadie. Aquí, en el campo. Mucha gente piensa que no me gusta el campo. Y no es así. Para nada. No me gusta el campo para hacer cosas en el campo. Me gusta estar sentado, mirando el campo. No me gusta meterme en el campo. No me gusta correr por el campo. Correr por el campo, por la montaña, subir una montaña, surcar un río, arar un campo, cosas que se hacen en el campo. Soy un gran amante de la naturaleza. No quiero que le pase nada a la naturaleza. Quiero que todos los seres vivos estén bien. Así en general. Llámame simple. Ignorante. Lo que te dé la gana. Pero podría ser peor. Podría importarme una mierda el campo. Y no es así. Otra cosa es que me lleves al campo y lo pase bien. Porque la gente va al campo con espíritu de hacer cosas en el campo y no lo entiendo. Cosas que se hacen en la ciudad no se hacen en el campo. Si en tu día a día estás acostumbrado a hacer muchas cosas, a eso que llaman ‘no parar’, no sé, no entiendo qué es lo que hay que hacer en el campo. Vivir en el campo. Volver al campo. Abandonar las ciudades. Este señor tiene ganas de darme conversación. Lo noto. Y no estoy de humor para hablar. No quiero darle conversación porque me distrae. Y ya lo estoy acabando y cuando lo tenga hecho a ver qué le digo. Quién será este señor. Con esos pantalones. Debe ser de la zona. O no. Porque con esos pantalones, alguien de campo… no lo veo. No sé. Me distraigo. Ya han acabado. Yo he acabado también. Nos vamos.
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