jueves, 14 de febrero de 2019

Crónica de un concierto de Yo la Tengo

Ya hace tiempo que no veía a Yo la Tengo en concierto. Creo que la última y la penúltima vez que han venido no fui, alegando motivos como que el formato era un rollazo o que iban a tal festival al que yo no podía asistir, etc. El concierto de ayer era como una prueba de fuego. ¿Me iban a seguir gustando o me va a pasar como con otras músicas y otros grupos a los que ya les voy tomando distancia? Los últimos discos de Yo la Tengo no los he seguido. El último y el penúltimo especialmente. El Fade, por ejemplo, me entusiasmó. Cuando sacaron el siguiente, de versiones, no me gustó, demasiado calmado. El último... he escuchado retales.
Yo la Tengo es un grupo que me gusta mucho. Motivos. Me gusta el ruido. Me gustan los momentos en los que la distorsión de las guitarras planea por encima de un ritmo repetitivo y machacón. También cuando esa distorsión acompaña a elementos más suaves. También me gustan mucho canciones más suaves, más poperas, más delicadas. Me gusta el grupo que conforman Ira Kaplan, John McNew y Georgia Hubley. La combinación. Ira Kaplan y sus aspavientos y su pelo rizado y sus camisetas de rayas y su guitarra astillada y ese aire de judío guasón mucho más rápido que todos nosotros juntos. John McNew como un totem, tocando el bajo, tocando la guitarra, manteniendo el ritmo, cantando muy pocas veces, pero cuando canta, ay, se te rompe algo, tocando la batería, tocándolo todo, estando ahí todo el rato. Georgia Hubley tocando la batería, marcando el ritmo, cantando algunas de las canciones más bonitas, rubia, poca cosa, tocando el órgano, haciendo voces en mitad del caos.
Bonito. Bonita. El uso de la palabra bonita o bonito es para mí muy reciente. Nunca creo haber dicho bonito antes. Qué bonito es. Qué bonita eres. Qué concierto más bonito. No me gustaba y ahora lo utilizo con profusión. El concierto de ayer fue un concierto bonito. Y disfrutable. Y de írsete. Y de no sentirte especialmente mayor.
Controversia. Mi hermano, al acabar el concierto, dice que le pareció algo falto de energía. Quizás el primer bloque, calmado, suave, acústico, contaminó ya el ánimo de los presentes de tal manera que el segundo set vino ya marcado por esa primera parte. A mí me pareció bien. Íbamos un tanto aterrorizados por el tema que marcaba la sala: primera parte acústica y luego ya Yo la tengo. Glups. Y no hubo caso, al menos para mí.
Íbamos la Rosita, la Cris, la Lídia, el Abel, mi hermano y servidor. Solo mi hermano, el Abel y yo habíamos visto a Yo la tengo en directo. Creo que nuestra primera vez fue en aquel Primavera Sound en el Poble Espanyol en el que llovió tanto. Miento. Nuestra primera vez no fue con ellos, fue con Mario en el Parc de Can Soley, en el Pop Festival. Siempre cuento la misma anécdota. Estábamos viendo el concierto y una de las últimas que tocaron fue Blue Lines Swinger. Decidimos irnos a dar una vuelta. Cuando volvimos al cabo de un buen rato, la canción no había comenzado de verdad todavía. Al menos ese recuerdo mítico tengo yo. Los recuerdos, los mitos.
¿Quién me metió en Yo la Tengo? Supongo que sería el Soldat, en la Uni. Pepa, en el pueblo, me pasó algunos discos. El Painful. El Fakebook. Escuchar en bucle el I can hear the heart beating as one. Y de ahí en adelante. Siempre molan. Siempre tocan alguna canción que te toca la patata.
Big day Coming, es una canción que está en el Painful, con la que inician el disco. Es lenta, calmada, y la letra describe, creo, esa sensación de despertarte por la mañana junto a la persona que quieres y tener todo el día por delante para hacer nada, o algo, o lo que sea o todo, pero da igual, porque lo importante no es hacer. Ayer la tocaron, de una manera distinta. La cantó Georgia Hubley, como si fuera una canción diferente, preciosa igualmente.
Tocaron muchas canciones, muchas que conocía pero que no me sé el título. Canciones cuyos estribillos se te clavan aquí. La primera parte del concierto fue como digo acústica. Y me pareció bien. Podía haber sido un rollazo y no lo fue. Nada de eso.
Al volver nos cambiamos de sitio. Volver de fumar. La gente fuma, sigue haciendo eso. Salen a fumar. Antes del concierto fuimos a un sitio que se llama La Chana a tomar algo. Tenía el sitio fotos de Smash. Y ponían buena música jamaicana. Llegamos como siempre con la hora justa, había entrado todo el mundo en el Apolo. No he dicho que era el Apolo. Nos quedamos atrás, muy al fondo. Pero dio igual, no se les veía del todo, porque somos gente pequeña, pero ahí estaban. Y se escuchaba muy bien. Y tocaron como se debe tocar. Sin calcar. Siendo fieles e infieles a la vez a la canción. En la segunda parte  nos pusimos más cerca, pero el resto de la banda no nos siguió y nos volvimos atrás. La segunda parte fue la del ruido. Hubo menos ruido del prometido, pero hubo ruido.
Al final tocaron Ohm y Blue Lines Swinger. y con Ohm me dio el trance. Me gusta esa canción mucho. Larga, repetitiva y que creo que tiene un mensaje... no sé. No resistas el flow. No te empeñes. Deja que la cosa fluya. A veces se gana, a veces se pierde, pero no pierdas tampoco la pelota con las movidas que no. Con mucho ruido y que dan ganas de tocar. Y Blue Lines Swinger muy buena también, con esa intro que ya hemos citado y que mola.
Se despidieron con un bis en el que interpretaron I'll be your mirror de la Velvet. Qué bonita.
Fue, creo, un muy buen concierto. O al menos, un concierto que me reconcilia con los conciertos. Hace mucho que no iba a conciertos. Un concierto en el que te sabes canciones, desconoces otras, pocas, y sabes que si tocan al menos dos o tres o cuatro canciones que tú sabes cuáles son, te vas a emocionar.
Y nos vamos y volvemos en un taxi. Y habrá que contar algo algún día sobre ese viaje de vuelta en taxi y cómo está el sector.
Y sobre el UUU que se dice en cuanto suena o ha sonado alguna canción que nos gusta.
O sobre eso de pedir silencio en las canciones, o pedir a la gente que se calle, o mandar a la gente callar en un concierto... de rock. Aunque haya momentos en los que apetezca escuchar a la música antes que las cosas que...
Y sobre si ya la música indie es una música para gente mayor. Sobre si somos mayores. Sobre si los jóvenes son más mayores que nosotros. Esas cosas.
En fin. Ya lo dejo.

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