miércoles, 12 de junio de 2019

Crónica del #Plegramenet de Junio. Al fin del camino.

Lean y disfruten de esta crónica ilustrada por una foto con los perdedores y sin los ganadores. Uno de esos textos infumables sobre impresiones personales de hechos concretos sin más valor que el de pasar el rato, darle valor al título de mecanografía y hacerles a ustedes perder el tiempo que seguro que tienen cosas más importantes que hacer.
Último pleno municipal de la legislatura en el que no hay nada que ver ni nada que comentar, salvo los discursos de despedida de los regidores y regidoras salientes y algún alegato incómodo y absolutamente fuera de lugar como fue el que protagonizó, protagonizamos, Jonatan Fornés como portavoz del Grup Municipal Gent d'Esquerres Icv-EUiA. Un discurso político.
En tiempos como estos en los que nos hemos acostumbrado a apelar a lo personal, lo sentimental, lo emocional, que de repente alguien aproveche un espacio para intervenir haciendo un balance de la legislatura, recordar el trabajo hecho, a veces útil a veces en vano, despedir a los regidores que se van animándoles a seguir haciendo política y advertir que si venimos de cuatro años de mayoría absolutísima se nos vienen encima cuatro años de no te menees, cuando te atreves a decir eso sin que parezca que estés enfadado ni nada, simplemente porque estás haciendo política y a todo el mundo hay que darle la mano y decirle, suerte y nos vamos viendo por ahí y si eso saluda que no pasa nada, pues cuando dices eso, pues nada, que también molesta.
Sí, queridos lectores y lectoras. El último pleno municipal, el de las despedidas tiró de lo emocional, como no puede ser de otra manera y nos sirve para descubrir ese pequeño corazón que todos, absolutamente todos y todas, tenemos ahí escondido. En lo más profundo.
Un pleno de despedidas. Los regidores del PP, Zambrana y Laura Rodera se despiden. Se acabaron los innecesarios comentarios sobre calcetines, sobre el atildado aspecto, los envidiosos comentarios sobre el saber económico, sobre argumentaciones bien argumentadas que conducen a la nada y sobre posiciones que de lo indefendible pasan a la nulidad por el mismo sitio por el que vinieron y se van. Y se va Laura Rodera, que gana mucho si no tienes en cuenta que es del PP y cuando lo sabes te da igual. Y que gana más cuando no lee que cuando lee. Y ambos hicieron sus discursos de despedida y agradecieron el trato y el tono. Y mira que han sido cuatro años...
Cuatro años en los que el Pleno Municipal se ha visto inmerso en las tribulaciones de la situación política catalana, que no ha sido precisamente una balsa de aceite. Cuatro años de discursos a veces agrios, mucha veces mordaces, queriendo ser hirientes, dejando claro que nosotros no somos vosotros y que ojo con el que se alinee en el medio medio que será tachado de 'el otro'. Vendido, traidor, blanqueador. Cuatro años en los que podían haber pasado muchas cosas, han pasado muchas cosas y al final todo ha vuelto al mismo sitio. Pero no al mismo sitio del que veníamos, no al 2015. Hemos vuelto a mucho antes. Mucho antes. Tan antes que tendremos que hacer memoria de qué hacíamos y qué nos viene encima.
El compañero Jonatan Fornés se dedica a incomodar a propios y extraños con un balance de estos cuatro años, que empezamos con cara de qué futuro tan incierto y los despedimos con cara de aquí estamos. Y aquí estamos. Recordando a los que desde el 79 pusieron el Ajuntament a funcionar con el PSUC, siguieron con Iniciativa, lo retomaron como coalición ICV-EUiA y ahora comienzan una experiencia nueva con En Comú Podem. No entremos en debates sobre continuidades o no. Pero lo que hay es lo que ves.
Con un recuerdo a quienes han querido hacer política de otra manera, a quienes se van a probar cosas nuevas o retomar las conocidas y a quienes van a querer y van a tener que hacer política todavía con más ganas. Lo que no sabemos es contra quién.
La alcaldesa no nos aplaudió. Nosotros aplaudimos a todo el mundo.
Ciudadanos y Dimas como portavoz. ¿Porqué no habló todo el mundo? Hubiera sido un buen momento para que cada uno destapase un poco lo que tiene y lo que es y no dejarlo todo en manos del portavoz. Pero bueno. Habló Dimas Gragera, felicitó a los ganadores en las elecciones y no sé porqué no hablaron Salva Tovar y María. Porque no le damos importancia al último pleno, a la última intervención, porque quizás el hecho de que el sábado se constituya el próximo pleno será la oportunidad para algo diferente.
SOM Gramenet se despidió y lo hizo por boca de su portavoz estos dos últimos años, Anna Pèrez. La regidora tiró por lo personal, por la experiencia adquirida, agradeció el trabajo de Gemma Olivas como soporte técnico y subrayó que no dejará de trabajar por la ciudad, ni ella ni los demás. Los demás no hablaron.
Seguidamente fue el turno de los regidores salientes del Partit Socialista. Carme Arana agradeció la oportunidad lo mismo que Luis Fuentes. Luis Fuentes hizo todo el discurso de una manera muy diferente a como comenzó todo hace cuatro años. La experiencia es un grado y poco a poco se va perdiendo el miedo y al final sale todo. El regidor Jordi Mas hizo también un balance político, cielos, de la gestión. Sí, tiró un poco por lo personal, pero reivindicó también su trabajo durante estas legislaturas como regidor de urbanismo. Un trabajo que quizás ha sido el más contestado, criticado, confrontado y revolcado de todo el Equipo de Gobierno Socialista, y el regidor aprovechó para reivindicarse. Y no pasa nada. Se hace, se acepta y ya está. No se bufa, no se resopla, no se ponen caras de desagrado. Acaba el discurso, se aplaude y se acabó.
Diego Arroyo también se va. Se acabaron los circunloquios siderales, lisérgicos, psicodélicos, sobre temas que uno pretende conocer y que acaban convirtiéndose en arcanos. Se despide este teniente de alcaldesa del área de Educación y Servicios Sociales y alguna cosa más, agradeciendo emocionado el apoyo de Esteve Serrano y preguntándose a qué se va a dedicar ahora que no tiene agenda. La agenda, la política municipal, los actos, estar. ¿Y ahora qué?
La alcaldesa electa Núria Parlón despidió el acto, perdón, el pleno, anunciando la llegada de un nuevo grupo político al consistorio, ERC, con el que ya anuncia que no tiene nada que ver y luego vino una suerte de tirada de caña colectiva. Una para nosotros, recordando la alcaldesa que 'con Iniciativa', siempre habían tenido muy buen rollo pero que no sabía porqué durante estos cuatro años no y que ahora con En Comú Podem a ver cómo iba. Y otra para Ciudadanos en la que dejó entrever que en muchas cosas no se habían puesto de acuerdo porque no se podían poner de acuerdo porque no se podían poner de acuerdo pero que se podían haber puesto de acuerdo porque se podían haber puesto de acuerdo. El que la lleva la entiende.

Concluyen pues cuatro años de Plenos municipales y cuatro años de crónicas en los que no habrá quedado nada claro y todo habrá sido en vano. Cuatro años escribiendo sobre cómo uno ve la política colomense, de manera sesgada y sin ningún tipo de rigor periodístico, y que no han contribuido, creo, para alterar demasiado la percepción de la política que se tiene desde la calle. Durante cuatro años el propósito ha sido descubrir que el gigante no es tan gigante, que la sonrisa esconde cabreo, que se puede uno reír de todo, sobre todo de uno mismo y no perder por ello la educación ni perder el saludo con nadie. Cuatro años de inútil esfuerzo. Cuatro años de crítica, de proponer otra forma, de crítica indiscriminada, a veces excesiva, a veces innecesaria, que han servido para bien poco. Crónicas de los plenos para contar cosas que han interesado poco en una ciudad donde la información política no pasa de los anuncios en colores de la actividad municipal, de las fotografías de la alcaldesa, de las entidades peleando por subsistir estando a bien con dios y con el diablo, poco más. Crónicas de plenos y de actos en una ciudad que está falta, muy escasa, de información crítica, de voces alternativas. De voces que no se presenten como alternativas sino como normales, lo normal no es lo que pasa en el Ajuntament, o en las entidades alternativas, lo normal es lo normal pero se puede contar desde otro prisma. Cuatro años en los que el discurso ha sido quizás fallido, porque todo ha ido a peor, pero... ¿y si no se hubiera hecho? Cuatro años en los que la oposición ha oscilado entre la mano tendida, la colaboración, la confrontación, según el grupo. ¿Ha sido todo en vano? No ha sido en vano, otras voces han intentado hacer su propia lectura de lo que pasa en los plenos, muy interesante, pero... ¿ha sido en vano?
Cuatro años de trabajo político en forma de crónicas que no son crónicas sino panfletos para quienes nos queremos ver como 'los políticos colomenses' y que posiblemente no interesen ni a nuestra propia parroquia. Sé que no interesan ni a la propia parroquia. Interesa otra cosa, pero no sabemos qué. Porque no tenemos los resortes para hacerlo o si los tenemos nos da miedo utilizarlos.

Pero estamos bien. Despedimos esta legislatura y lo hacemos con desapariciones que no entraremos a valorar y con apariciones que ya se valorarán cuando toque. Que igual no toca nunca y estamos perdiendo el tiempo. ¿Ha sido todo en vano?

Cuando escribo estas líneas están desmontando la Sala de Plenos. El próximo sábado tiene lugar la toma de posesión de los nuevos regidores y regidoras y se conformará un nuevo tiempo político. Vienen años duros. No duros porque el partit socialista y Núria Parlon dominen el escenario, la foto, el fondo de la foto, el contenido, el continente y el carrefour. No, eso ya está asumido. Duros porque nos toca inventar muchas cosas, hablo como En Comú Podem ahora, como siempre, inventarnos un escenario propio. Sin estar pendientes de la fiscalización por ser, por estar, por que nos miren, por que nos vean. Ser nosotros y estar contentos de serlo. Eso sería genial. Y hacer eso es duro, porque requiere trabajo, esfuerzo y saber elegir amigos y adversarios.

Se acaban cuatro años de metaplenos, de resoplidos, de cruces de miradas asesinas, de risas soterradas, de bromas que no se entienden. Se acaban cuatro años de indiferencia o de enfrentamiento. Se acaban cuatro años de trabajo sordo, soterrado, titánico del Jonatan Fornés que se ha chupado una legislatura al pie del cañón siempre, dando la cara yendo y viniendo. Y lo que le queda. Toda la estima para el compañero. Y para la compañera Alexandra Sevilla, se acaba una etapa y empieza otra. Se acaba una etapa en la que ha dado la cara, ha puesto el morro, la jeta, la carne, frente la apisonadora. Sin su esfuerzo, sin su sacrificio, no estaríamos ni con dos en su momento, ni con tres en este momento. Hasta donde ha podido, ojalá su ejemplo nos dure en la memoria mucho tiempo y que la gente que esté sea digna representante de lo que ha hecho y ha construido.

El camino es estrecho, el barranco es profundo, pero tira para delante.

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