viernes, 3 de septiembre de 2021

Alien: el octavo pasajero; Aliens: El Regreso; Alien Resurrection; Alient: Covenant

 

Nos lo dicen en la primera película, la canónica, con la que empieza todo. Nos lo dicen en la segunda, que es lo suficientemente buena como para empatar con la primera. Como no nos acabamos de enterar, porque los humanos somos así de cerraditos de cabeza, nos lo tienen que decir en la tercera, que es una película un poco más raruna. Y nos lo tienen que volver a repetir de una manera que ya dices a ver si es que ni así y ya llevamos cuatro películas cuatro, más las dos precuelas y las dos que se inventan con Predator que no tengo el gusto.

Nos lo dicen clarísamente, aunque tengan que envolverlo en una historia con monstruos, monstruos que se van transformando, que se meten dentro de nosotros, que se parecen cada vez más a nosotros, que no podremos destruir jamas, una historia de terror, de horror, una historia sobre la maternidad, sobre la valentía, sobre el gregarismo, sobre las decisiones, sobre muchas cosas. Todo eso para envolver algo que va apareciendo película tras película. 

Nos lo dicen en todas y cada una de las películas que repiten una y otra vez la misma estructura, el mismo esquema argumental, más o menos, sabes que vas a morir, sabes que vas a morir y que solo se va a salvar la Teniente Ripley. Aunque en la última la Teniente Ripley ya no sabes ni lo que es y parece un bicho raro ella misma e incluso mucho más alta que todos los demás personajes juntos. Claro, si la ponen al lado de la Wynona Ryder, pues normal. Pero es como que aumenta de tamaño. Ojo, acabo de caer en la cuenta, claro, es más alta porque desto.

En definitiva. Cuatro películas cuatro y no sé si en las precuelas el mensaje es parecido, pero en estas películas el mensaje es evidente. El mensaje es tan claro que no hace falta que venga Ken Loach a decírnoslo. No hace falta ir a un ciclo de nosequé. Es que te lo están diciendo en Alien y da igual si la dirige Ridley Scott, o James Cameron, o el debutante David Fincher o el director frances de la última que no me acuerdo de su nombre. 

El mensaje es claro. Somos nada. No importamos una mierda. Las grandes empresas, los grandes poderes económicos, nos utilizan para lo que quieren y no importamos. No somos importantes. Podemos morir. Nos pueden matar. No valemos. 

Cuatro películas durante más de veinte años para que nos quede claro el mensaje y todavía nos hacemos ollas con que, a ver, es necesario que la economía, los actores económicos, los puestos de trabajo, el sistema... pues eso. Alien. 

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