miércoles, 1 de septiembre de 2021

El Passeig Salzereda como síntoma



Recién llegados de las vacaciones de agosto, l'Ajuntament de Santa Coloma edita un Full informatiu especial para explicar a la ciudadanía los beneficios del nuevo Passeig Salzereda, que por fin ve la luz después de un proceso de renovación que podríamos calificar cuando menos de curioso, si no fuera porque en Santa Coloma de Gramenet ya nada es curioso o deja de serlo, sino que las cosas son y l'Ajuntament del PSC las digiere como propias llegado el caso. Un proyecto de renovación del passeig Salzereda que se proclamó como uno hace unos pocos años y que, debido a la movilización vecinal (que no tanto de la Associació de Veïns del Riu Sud, precisamente) y con el apoyo de ICV-EUiA entonces y también de Ciutadans, todo sea dicho, se modificó sustancialmente para dar lugar mediante a un referendum a la consecución de un proyecto que, respetando el trazado original, le daba un importante lavado de cara y lo dignificaba sobrenamera. Antológico fue el giro de guión por el cual la alcaldesa pasó de defender con uñas y dientes un primer proyecto en una asamblea abierta a pedir el voto por la segunda opción en una entrevista con un diario justo antes de la votación. 

Justo antes de que concluyera el mes de Julio, tuvo lugar el encuentro entre el Equipo de Gobierno y los vecinos y vecinas dentro de la comisión de seguimiento de las obras del Passeig. La última reunión con la que concluía el proceso de renovación del Passeig y en la que se hacía balance de lo realizado. Vamos, la gente opinaba sobre cómo ha quedado y las cosas a mejorar, algunas de esas cosas nada tienen que ver con el Passeig en sí y sí mucho que ver con el concepto que tenemos los propios colomenses de nosotros mismos. Y esto me preocupa. 

Casi de manera automática, en esta ciudad tenemos la sensación de que nada bueno o nada bueno puede hacerse, algo que llega a transmitir el propio Equipo de Gobierno, ya que ocurrirá lo inevitable. La gente. Esa gente que no respeta nada, esa gente que ensucia, incívica, que tira papeles, que no cuida las cosas, que no respeta las señales, que hace lo posible por degradar el espacio. La gente. Y contra esa gente no valen señales, advertencias, anuncios. Contra esa gente no vale nada. Ya verás lo que tarda ese parterre en estar hecho polvo. Ya verás lo que tardan esas plantas en estar trinchadas. Ya verás. Un fatalismo un poco angustioso, la verdad. 

Y un fatalismo que exime al Equipo de Gobierno de cualquier responsabilidad porque ya más no se puede hacer. 

¿Qué nos pasa en Santa Coloma con nosotros mismos y con lo que esperamos de las instituciones? El Ajuntament hace cosas después de una demanda vecinal que el propio Equipo de Gobierno trató de minusvalorar y ahora tanto los propios usuarios de la obra como l'Ajuntament se ponen la venda antes de la herida. Una obra que ha costado un dinero considerable ya que el anterior Passeig se había dejado aquí sí degradar de una manera vergonzante y que tiene como objetivo mantener las señas de identidad del Passeig Salzereda, la vida que le dan las terrazas y la restauración, así como alejar los coches de la primera línea de los edificios, la circulación lo más alejada posible, sin que por ello tenga que quedar aislado el disfrute del margen del riu Besòs. Todo perfecto. Bien. 

Y sin embargo, la sensación con la que me fui de esa última reunión de seguimiento de la comissió, fue la que me queda cuando leo los planes y deseos de l'Equip de Govern impresos en uno de esos artículos en los que nos venden como ciudad de posibilidades. Una sensación como de que Santa Coloma de Gramenet está muy bien, pero claro, es que la gente no la sabe aprovechar, no la sabe disfrutar y cuidar. Es la gente la responsable, el Equipo de Gobierno ya lo hace, ya lo señaliza, ya hemos hecho la obra, qué más podemos hacer. 

Estaría bien contar con un equipo de gobierno que gobernara para la gente que está y no asumiendo que no tiene la población que tiene y que es fastidioso hacer más porque para qué. Está bien depositar las esperanzas en esa gente que podrá pagar los precios de las promociones de pisos que se están proyectando en el centro de la ciudad, pero no van a ser tantas personas. Santa Coloma sigue siendo Santa Coloma y hay que trabajar con su gente y para su gente. Y trabajar, insisto, en consolidar y mejorar los espacios de manera activa, conservar y aumentar la sensación de una ciudad confortable, limpia, habitable, donde lo público se protege y se mantiene, sin descargar continuamente la responsabilidad casi de manera exclusiva en una población que en una porción muy elevada en nuestra ciudad, aunque esas cifras no se quieran asumir, muchas veces suficiente tiene con poder subsistir. 

Y al final siempre es lo mismo. Una Santa Coloma que es y la Santa Coloma que se anhela. Unos la queremos mejorar y transformar. Otros ya no sé.  


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