jueves, 2 de septiembre de 2021

El fin del fútbol


Cada vez hay más gente que lo piensa y debe ser por algo. El fútbol empieza a no parecerse a nada de lo que nos gustaba. El fútbol mal, el periodismo deportivo, peor. Mucho peor. No sé en qué momento se fue todo a tomar viento, pero el fútbol, deporte con el que te identificas cuando eres pequeño, te haces de un equipo de fútbol, lo sigues y además sigues las distintas competiciones y conoces a los jugadores del resto de equipos, generando filias y fobias que te ayudan a tener un mundo a parte del mundo real, todo eso, se ha ido. Y lo que hemos vivido durante estos meses de verano, creo que ha sido una gran paletada de tierra a las aspiraciones de que, después de la Eurocopa que ha estado ciertamente entretenida, el fútbol podía volver. Pues no. El fútbol masculino es una patraña. Y el periodismo deportivo en este país es la patraña mayúscula. 

Todo el verano anunciándonos que ese ser superior, esa persona magnífica, ese empresario implacable, el amigo de todos los españoles y españolas de bien, Florentino Pérez, personaje melifluo cuya trascendencia en la vida de la gente debe ser mucha porque es el modelo de persona que 'funciona', que es eficaz, que hace lo que quiere, que toma lo que considera, con el tito Floren no se juega, hazlo papá, ese es el modelo que queremos, pues ese modelo de persona se ha recuperado de un pico de imagen pésima y ha salido reforzado y en los altares, dándole además jaque mate a esos moros pérfidos franceses que no han cedido ante lo que el español conquistador torero pretendía. Todo muy burdo, les puede parecer, no vean los programas deportivos. 

El fichaje de un delantero francés, joven, talentoso, rápido, veloz, como el maná salvador de un negocio, el del fútbol nacional. Sin Mbappé, esto será peor. Se fue Messi, no viene nadie más. El fútbol perderá interés si los equipos grandes no se gastan millonadas sin cuento en reforzar plantillas y llenar páginas de diarios. Menudo rollo. 

El Real Madrid, que recibe fondos ICO, se los gasta en traerse a un pavo por 200 millones. O al menos eso pensaban hacer. De hecho, estos últimos días he pensado que si la prensa hubiera anunciado que realmente Mbappé hubiera fichado por el Madrid, le hubieran puesto la camiseta, y hubieran pasado el año cantando las alabanzas del jugador incluso con este mismo jugando en el PSG, a la gente le hubiera dado igual. e

Y es que nos da igual la realidad. Queremos la fantasía. El mejor juega con nosotros, somos los mejores. Somos los mejores. Nos compramos lo más caro. Todo el mundo quiere estar con el tito Floren. Vivir en una burbuja. Y los periodistas nos lo venden, nos lo envuelven, nos lo machacan, hacen el ridículo, mienten, se lo inventan, se la bufa, nos da igual. 

El Barça es otra cosa pero es la misma cosa. Años viviendo en la ensoñación de que eran algo que no son, un club con dinero, poderoso, de los que puede y tiene. Y se han encontrado esquilmados y vendiendo como triunfos no fichajes, si no que se deshacen de jugadores como Griezmann. Lamentable. La huída de Messi. No han sabido como digerirlo, envueltos en una guerra cainita entre postnuñistas y laportistas. Un drama. No tener dinero y no poder ejercer ese capitalismo de buenas intenciones sobre los demás. Un orgullo que fiches por el barça. Este año ha sido el fin. 

El fútbol español no puede tener dinero. A no ser que cambien las tornas y el Gobierno insista en inyectar de nuevo dinero o hacer concesiones fiscales o dar manga ancha porque el fútbol es algo que interesa a la gente, el tiempo de las grandes cosas parece haber pasado. 

Y ya me imagino que eso pasará. Que eso será lo que pasará. La máquina debe seguir atontando a la gente, ahora con más medios y menos vergüenza. El fútbol como entretenimiento aburrido. El fútbol aburrido y gente chillando alrededor. Cada vez más machista, cada vez más violento. Cada vez más aburrido. 

Aburrido. 

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