lunes, 2 de enero de 2023

En la muerte de Jaume P. Sayrach



A Santa Coloma llegaron, hace algunas décadas, antes de que nada se pareciera a lo que hoy tenemos, unos cuantos curas. Estos curas venían con ideas que no eran nuevas pero que eran diferentes a las que se suponía que debían tener los curas de la España dictatorial nacionalcatólica. Los curas rojos. Me cuesta imaginar otra ciudad en la que estos curas rojos hayan tenido tanta incidencia, no solo espiritual, sino sobre todo política. Uno de esos curas con ideas diferentes era Jaume Patrici Sayrach i Fatjó dels Xiprers que, como bien ha retratado el compañero Chema Corral en un artículo extenso sobre su trayectoria, nacido en una familia de bien, prefirió dedicar su vida al trabajo junto a la gente trabajadora. Y qué mejor lugar que aquella Santa Coloma donde todo comenzaba, todo era barro y siniestro y duro y hacía falta absolutamente de todo, para predicar y cambiar el mundo simplemente cruzando el río Besós. 

Hoy toca recordar a una figura carismática de nuestra ciudad y eso, como Chema Corral y otros, lo harán a la perfección. Yo haré lo que pueda. Ayer, a primera hora, con la cabeza y la barriga todavía en la nochevieja recién concluída, llegaba la noticia a los móviles. El Pitarque difundía su vídeo para dar la infausta noticia. Todo el mundo ya sabía y él mismo en su Capvespre lo iba anunciando, que el final estaba cerca. Pero que no pasaba nada. 

Toca recordar las veces que hablé con él. Personaje asiduo en la vida asociativa, cultural, política, siempre aparecía en conversaciones de militancia. Su influjo, su proselitismo, su activismo desde Grama y Fòrum Grama... gracias a Alexandra Sevilla tuve una entrevista con él para colaborar en Fòrum Grama. Antes, creo recordarlo en actividades de Coloristes cuando mi padre estaba allí. La entrevista, en el carreró de detrás de la biblioteca, con Manuel Valls por allí también, fue más una manera de hacerme la ficha. Yo no era joven, no me tenía visto, quería saber qué era y de dónde venía y recuerdo su expresión de indisimulado desagrado al saber 'mi afiliación'. No obstante, pude escribir algunas cosas en Fòrum Grama, y jamás nadie me dijo una cosa u otra. Desde entonces cada vez que nos encontrábamos, un saludo, algún comentario. No sé porqué nunca se me ocurrió hablarle de otra manera que tuteándole. Yo no puedo decir que fuera su amigo. Recuerdo algunas reuniones más. Una visita al hospital de Can Ruti con más gente o una comida en casa de la Dordella. 

Si me toca hacer una valoración de su figura, me quedaré con la capacidad del personaje de atraer a otras personas para llevar a cabo una eterna tarea de reformulación de la ciudad, de pensamiento, de crítica, de ideas, algunas de ellas podrían ser asumidas sin complejos, otras costaba de masticarlas. Su adscripción al primer equipo de gobierno municipal del PSUC no le impedía ser crítico y no considerarse parte de una organización o esquema prefijado, manteniendo a veces opiniones y hasta muy última hora, personalísimas. 

Me queda también la idea de una persona que estuvo aquí, peleó por una ciudad mejor, por la vida de la gente. Y no dejó de preocuparse por ello hasta el último segundo. Y eso no lo podemos decir de cualquiera.

1 comentario:

  1. No l'havia llegit. És bonic. Jo sí que em considerava amic seu. Tot i que algunes de les seves darreres posicions polítiques també em costaven de "mastegar". Però me l'he estimat (i me l'estimo) molt. Ah! No sóc en Pau, el meu fill...

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