jueves, 5 de enero de 2023

Sholojov, Kostin, Popov y los demás


Eran todos mis amigos. Nos encontrábamos en todas partes. No nos hacía falta quedar para acabar en cualquier parte discutiendo sobre cualquier tema. Sholojov, Kostin, Popov y todos los demás. Formábamos un grupo heterogéneo, cada uno venía de un lado, cada uno pensaba de una manera, todos éramos jóvenes y no todos nos sentíamos jóvenes. Cuando nos subía el alcohol a la cabeza éramos capaces de soñar con un mundo diferente. Pocas veces estábamos sobrios, así que ese mundo nuevo nos parecía siempre posible. Mis amigos, yo, una época. En aquellos años, la ciudad no era como te la imaginas. Todos los callejones tenían un garito donde podíamos dejar pasar las horas. Todas las avenidas estaban llenas de gente que se movía sin rumbo. No había tantas luces. Yo podía pasar desapercibido entre la gente y mis amigos podían ser cualquiera. En aquellos años los viejos tendrían nuestra edad. Sholojov, Kostin, Popov y los demás nunca pensaron que todo podía acabar en un momento. Todos sabíamos que la vida nos iría llevando a cada uno a depositarnos en la orilla de algún lugar, alejándonos de aquel mundo nuevo. Pero no sospechamos que aquello podía acabar de golpe. Un día alguien dijo que el gobierno había dispuesto que a partir de ese momento... y todos lo recibimos con alegría. Sholojov, Kostin, Popov y todos los demás nos ilusionamos tanto. Eran todos mis amigos. Yo fui el primero en largarme. El otro día vi un documental sobre un diario y me acordé de todos ellos. Sholojov, Kostin, Popov y todos los demás. Había mucha luz. 

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