miércoles, 4 de enero de 2023

Historia selecta


Páginas que lanzamos a la papelera. Momentos que quedan ocultos entre la hojarasca de una vida plena. Sobrevolar lo mundano para quedarnos únicamente en lo elevado. Fuimos una vez pero eso no es lo importante. Poder escribir nuestra propia historia y seleccionar de ella lo que ha de quedar y lo que se ha de obviar. Una historia de vida en la que nos construimos un hilo, una trama principal, de la que conseguimos descartar los elementos que pueden enturbiar el producto final. Un producto final que ha de ser de consumo ecuménico, que no ha de tener un flanco débil por el que pueda entrar la controversia, la confrontación, el haber sido parte de algo, sino resaltar que hemos sido un todo. Vivir una vida completa en la que podemos seleccionar los fragmentos más luminosos y desdeñar aquellos que, no por menos luminosos o trascendentes para con la vida de los demás, pueden resultar demasiado orgánicos, demasiado constreñidos a un pasillo, a un despacho, a una gestión, a una decisión concreta, a papeles o planes o elementos definitorios del espacio que puedan parecer poco proclives a la trascendencia. Seleccionar las virtudes de manera que parezca que hay una sola idea, un solo propósito en la vida y que en ese camino o a ese camino lo has fiado todo. Que nunca se fue o se perteneció o se caminó codo con codo con algo concreto, sino que se flotó en el ambiente como un perfume que caló entre todos aquellos que estuvieron en contacto contigo. Una vida en recortes, en instantes, una vida pasada por el tamiz de otros y de otras que quieren que tu vida sea lo que tú quisiste. Una vida en la que de todos y para todos, sin detenernos en un momento concreto, sin ahondar. Cuando llega el final, si lo hemos hecho bien, podemos decidir qué es lo que somos y qué es lo que queremos contar de uno mismo. Nunca fuimos. Que quede claro. Nunca fui. Jamás estuve. Y así, podemos abrazarnos todos en la ilusión de que, efectivamente, esos años no existieron como tal, sino que fueron otra cosa. Una cosa diluida, obviada, que empalidece ante otros años, otros momentos, otras gentes, otras situaciones, otras contribuciones. Al final, uno cuenta lo que quiere. En el final, contarán, si tenemos esa suerte, lo que queramos. Al final, todos seleccionaremos lo que se parezca más a la imagen que queremos reflejar. Y otros, pese al esfuerzo evidente, recordaremos lo que nos de la gana. 

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