martes, 30 de abril de 2013

La creatividad es lo normal



Los que me conozcan de 'leídas' no me conocen del todo. Acostumbro a presentarme mucho como una persona tímida, que se esconde, 'es que soy muy corto', 'me cuesta mucho hablar con la gente', 'no sé cómo dirigirme a los demás para llamar su atención'. Pues no. Si me vuelven a ver soltar el rollo, me cortan el discurso sobre la marcha y listos. Soy un pesado. Un pesado que habla mucho, que disfruta hablando de sí mismo, y venga, y venga, y venga a hablar y a pregonar lo desgraciado que soy porque nadie hace caso de las múltiples cosas que hago, porque, ay, las hago mal, y ay, qué va a ser de mí. Qué pesado, qué brasas, qué condenación de persona. 
Curso de hoy: Creativitat en temps de Crisi: converteix-te en caçador d'idees. Este curso lo daban en el Col.legi de Periodistes. Cuánto tiempo hará que no voy al Col.legi que me he perdido. Sí, me he perdido, he cogido el ascensor y me he subido al ático. ¿Por qué? Pues porque en la entrada del edificio he visto un panel en el que el Col.legi venía arriba. Pues arriba. Ni acordarme de dónde estaba. En fin. Así es todo. Todo no. Ha habido más. He salido de casa con el rotulador en el bolsillo, con la cifra del contador del gas, con todo preparado para apuntar el dato en el papelito. He bajado, he abierto la puerta y me he largado sin apuntar. He confiado en arreglar la mañana un tanto comprándome la libreta necesaria para apuntar cosas interesantes de los cursos. No la he comprado. A lo vivo. Con dos folios doblados ya bastará.
Sigamos. En el curso éramos unas diecialgo personas. No sé. Dieciocho personas, por decir. Nos hemos colocado un papelito en el pecho y a decir quiénes somos y qué cosa creativa podemos decir. Yo he soltado de buenas a primeras que soy súper creativo y que me he cortado el pelo yo solito. (mentira, que mi madre me repasó las 'rebabas' de detrás ayer). Oooh. Era el primero. Oooh. Un libro. El grupo. El blog. Y progresivamente he ido contando de viva voz que si en la facultad, que si no toco la guitarra, que si me leí yo también el libro de Bolaño, que si en el café he soltado que Tolstoi dijo que... ¿es que no tengo fin? ¿es que no hay nadie que me diga... vale ya? Pues nada. Venga a soltar doscientas veces lo mismo:
- Es que lo que me pasa es que yo creo que todo esto que hago y que suena tan así, no me sirve de nada. 
Ahora se lo cuento a este, ahora a aquellas, ahora a vosotras, ahora insisto con vosotros. Y entre lloro y llanto, una barbaridad para que no se diga que uno no es gracioso. Me han llegado a decir que podría hacer un programa de humor. 
En realidad todos teníamos más bien el mismo problema. Sí, todos tenemos creatividad, todos queremos hacer cosas, tenemos ideas, algunos no saben que las tienen pero las tienen igual... Dimpel. Una chica se llamaba Dimpel. Igual está leyendo esto. Dimpel no creía que tenía creatividad. Había un periodista veterano que tenía miedo de no tener ingresos y ese me ha dado terror como fantasma del futuro. Montse, de pelo rojo, escribía novelas eróticas, casi nada. Ernest hacía cine y periodismo, pero a él lo que le gustaba era pintar y no se atrevía. Y más gente, una chica brasileña muy agradable que quería que su blog de moda le rindiera. Ese era el punto. A todos nos quemaba la sangre que no rindiera todo lo que nosotros sabíamos. Incluso había un presentador de la tele, Lluis, que también andaba por allí buscando ideas o impulso para un nuevo programa. Jessica también tenía programas pululando por el mundo. Una chica, Yolanda, me ha dicho que igual a un contacto suyo…
En fin. ¿Para qué sirven los cursos? Este especialmente me ha servido para dar la chapa. Para ser brasas, para contar una idea estúpida que he tenido esta mañana. Ojo: ser un Pepe Domingo Castaño personal. ¿Personal Shopper? ¿Publicista? ¿Hombre anuncio? Me explico. Igual que esas personas que ayudan a personas mayores a vivir y desarrollar sus actividades, puede uno ser como el animador publicitario de otra persona que se lo pueda permitir. Ir a su lado e ir introduciéndole spots publicitarios sobre la marcha. Si pasas cerca de un estanco… Tabaco Pueblo, tabaco… popular. Si pasas por una zapatería, cancioncita de zapatos. Si pasas por una marroquinería… pues un jingle sobre bolsos. O sobre bambas. O sobre música. O el libro que estás deseando leer. Se lo he propuesto a una chica que quería profundizar en su carrera como comunicadora. No tengo vergüenza. Dios me castigará por todas estas cosas.
Pero me lo he pasado bien, he conocido gente interesante, que ya es algo. Y como siempre, sale uno pensando… ‘es verdad, vamos, va, que sí, que es cuestión de ponerse, que no te dé vergüenza, manda algún curriculum…’.
Veremos mañana cómo me levanto. Pero soy muy pesado, mucho.

4 comentarios:

  1. Claro, monsieur, es que sin enviar el curriculum y así por la vida con dos folios doblaos en el bolsillo y los nardos apoyaos en la cadera, ya me dirá. Pero mire, lo del programa de humor sí que podría hacerlo también. Usted en realidad es un showman, y se le da genial hacer el ganso. Póngalo, póngalo en el curriculum.

    Feliz tarde

    Bisous

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  3. Amigo mío, sí. Le estoy leyendo. De hecho, hoy me hubiese gustado hablar de usted en mi blog, pero soy tan sumamente ególatra que sólo he vomitado sentimentalismos. Le invito a que vomite conmigo. Walt Disney le espera...

    Y déjeme que le diga una cosa: no es pesado. Es inspirador. Risueño. Todos los allí presentes nos reímos gracias a su transparencia. Siga así. Crea en usted. Envíe currículums y presente su libro, ¡coño!

    Ahora es cuando dejo de hablar como una pedante y te digo: ¡tío, vales un potosí!

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  4. Creo que lo de presentar un show tw iría muy bien. A veces ser pesado es una virtud:-)
    Un abrazo

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