lunes, 22 de enero de 2018

A la sombra de Los Pinos

Hay un título para un texto que viaja por el tiempo y el espacio, como aquellos malosos de la película de Superman que estaban recluidos en un cristal y acababan cayendo a la Tierra. Este título viaja cabalgando por los años, hasta que ves en el Movistar Plus el canal de Canal Sur y el programazo Yo soy del Sur, donde unos concursantes pugnan por cantar la mejor sevillana y uno se extasía con tanto prodigio artístico. Y el título llega a ti, porque por Los Pinos pasas cada dos por tres, cada día, Los Pinos que no tienen pinos, están ahí en tu vida desde siempre y este título llega y casa con el futuro texto. Tiene que casar. Y una conversación el otro día entre ex combatientes del Seimar nos recuerda que no éramos el mejor de los colegios, y que no sabemos donde empezó todo y donde puede acabar, pero recopilamos datos, gente, caras, personas, compañeros de clase que se perdieron, compañeros de clase que murieron en un parque, otros con los que coincides en los sitios, otros que no sabes que fueron compañeros de colegio y te sorprendes. Otros viven como encima de un cementerio indio, allí donde estuvo el colegio de primeras, luego hubo un zapatero que aún tenía los mapas de las clases. Y nadie sabe y todo el mundo tiene algo que aportar. Y se ve que el año pasado fue el nosecuántos aniversario del cole y debe ser por eso por lo que últimamente sueño mucho con un partido de fútbol.
Sueño con jugar un partido de fútbol en el cole, con los compañeros del cole, un partido de fútbol que nos falta por jugar y que no acaba de empezar. Y vienen compañeros y no sé si lo jugamos. Vivo al lado de la calle de mi cole, la gente suele marcharse de los lugares donde ha vivido la infancia, como un síntoma de progreso.
Nosotros íbamos a jugar a fútbol a veces a los pinos. Cuando salíamos del cole, subíamos hacia la Plaza de la Vila. En principio no a jugar al fútbol, sino a estar en la Plaza, a jugar. Todavía estaba el Bar la Vila en la Plaza y en los parterres que daban a la Sant Carles había cosas, de todo, y jugábamos en los juegos esos de hierro. Pero yo era muy torpe y no se me daba jugar bien a nada de eso, muy torpe. No me sabía subir, no me sabía bajar. La bola del mundo con la barra en medio. En los Pinos jugábamos a la pelota, no sé si con pelota o con otra cosa. Dos árboles, dos porterías. Equipos. Hacíamos el paripé de elegir los jugadores, pero siempre acabábamos jugando los del Seimar contra los del Argos. Duelo en la cumbre. Nosotros íbamos de rojo cuando jugábamos en las ligas escolares, el Argos iba de azul. No sé si éramos los peores equipos de la Liga escolar. Nosotros teníamos nuestros momentos.
Los Pinos. Suelo contar la anécdota de los pinos y los partidos de fútbol de los pinos como mi única aportación sobre el tema. Luego me ha gustado relativamente sentarme en Los Pinos para tomarme una cerveza. El tema perro lo llevo fatal. No suele haber siempre perros pero siempre que hay un perro noto que viene a por mí. A mi padre, en cambio, le gusta sentarse en Los Pinos a tomarse algo. A él lo que le gusta es ver pasar gente, pasear, encontrarse con gente.
En Los Pinos se organizan ahora actos políticos, yo he visto algún concierto interesante. Como cuando vino Joxe Ripiau con Amparanoia, si no me equivoco. Aquel fue un concierto muy divertido, al acabar estuvimos hablando con uno de los hermanos Muguruza, creo que el poeta, el que tocaba el acordeón. Luego he hecho butifarradas, más actos, algún mitin, me he tomado cervezas en el bar a pesar de mi terror a los perros. No, no es la gente, son los perros. Me dan miedo. Atravieso el barro de los pinos para llegar a la Biblioteca y miro desde la ventana los pinos, los pocos pinos que quedan, que supongo que será uno o... y se mueven con el viento. Y siempre que pasas al lado de las mesas haces que miras y no miras, porque no sabes si conoces a alguien o no le conoces. Los callejones que llevan de los pinos a la calle Mayor. Hay gente que vive en esas calles. Siempre hay alguien que vive en algún sitio. Niños chutándole a las ventanas donde estamos los gafosos haciendo cosas en la biblioteca.
El Poli Viejo. Ahora dicen que van a reformar el Poli Nuevo, el Pabellón. El Poli Viejo. Qué pocas cosas he hecho yo en el Poli Viejo. Un concierto de Joglars e Senglars y creo que también estaban los Tradivarius y este dato igual no es correcto, seguro que estuvieron los Dr. Calypso. Creo que fue un concierto de Sos Racisme y coincidía con la inauguración de los JJOO de Barcelona. Dicen que a los Pinos también vinieron los Planetas. ¿Dónde estaba yo?
A la sombra de los Pinos. El círculo se cierra. 

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