miércoles, 11 de abril de 2018

Eres tu padre y tu madre

Y tu hermano, que siempre, siempre nos olvidamos de tu hermano. Eres tu padre, porque no te pareces a tu padre pero hablas como tu padre, caminas como tu padre, gesticulas como tu padre, te gusta la música que le gustaba a tu padre, piensas como tu padre, pero no me parezco a mi padre, aunque haya quien piense que me parezco a mi padre, pero lo que hago es absorber el conocimiento. Absorberlo, pero no desarrollarlo. Ahí no me parezco a mi padre. Mi padre al menos tenía claras algunas cosas y las tira hacia delante. En la peor de las situaciones, cuando peor estaba todo, el tío estaba como un perrillo de las praderas esperando a que viniera la fisioterapeuta para mover las patas, hacer ejercicio, nos mandaba callar cuando oía que se movía gente en el pasillo o se abría la puerta de la habitación. Y venga, bracillo arriba, y pierna arriba. Y a salir a la calle, todos los días, en eso sí que nos parecemos. En los peores momentos, lo que nos gana es salir a la calle, dar una vuelta, dar un paseo, el concepto dar un paseo, dar una vuelta, encontrarte con alguien, tomarte una cervecita aunque sea solo en un barecillo, ver mundo. Pero no ver demasiado mundo, eso tampoco. Oiga, tampoco nos pasemos. No lo vamos a poner fácil. No nos gusta viajar, no nos gusta salir, no me gusta nada. Solo porque a ti te gusta. A mí no. Eso sí, eso sí que lo tenemos. Tampoco me parezco a mi padre en la barriga dura que se le está poniendo, porque yo soy un flojo y hasta la tripa la tengo blandurria.
Hace un año la vida nos cambió. Exactamente un año. Este es otro texto para celebrar y para recordar. No es para contar nada especial. Lo importante ya se contó en su momento. Los viajes, la estancia, las esperas, las canciones, las visitas, el pueblo, Jaén.
Este es un texto para celebrar y para recordar que hace un año la vida nos cambió bastante. Todo.
Eres como tu madre, en absoluto. Como mi madre no hay nadie. Ahora vienen unas líneas de exaltación de mi madre, así que ya se imaginarán qué vamos a decir. Poca gente hay como mi madre. Yo no soy como mi madre, ya he dicho que, aunque tengamos el mismo gesto cuando nos da el sol en la cara, por lo demás no soy como mi madre, porque ni siquiera mi padre es como mi madre. Nos parecemos en la nariz, en la boca casi sin labios. Todos los Juanes seguimos un patrón más o menos definido. Una vez, creo que ya lo he contado, fuimos mi madre y yo a un entierro en Linares. Era de un Juanes o alguien relacionado y se dieron cita todos los Juanes. Era curioso porque todos y todas se parecían. Calvetes, nariz de porra, boca fina, caraza. Los había grandes y también pequeñetes. Había Boludas y Kaiser. Y Juanes. Mi madre, es casi una tontería decirlo, es la más guapa de todos los Juanes, quizás porque tiene un punto Lozano. Tenga el punto que tenga, no me parezco a mi madre. Ya no en lo guapo, que no, es en todo lo demás. Yo no soy como mi madre, ni soy como mi padre. Mira, ahora lo estamos recordando. La fuerza de mi padre. Subiendo una lavadora y que te digan 'deja a este señor de setenta años que la coja, que tiene más fuerza que tú'. Mi padre iba a necesitar ayuda. Ni ahora, oiga!
Eres tu padre, eres tu madre. Mi hermano sí que es como mi padre y como mi madre. Él sí. Él si que tiene fuerza, él puede discutir como fuera de lo que fuera, tiene rollo, currante, queda bien en todas las fotos, talentos artísticos y sobre todo, es buena gente. De los tres, pareciéndome y pareciéndose, el cuarto elemento que soy yo, solo sabe, aunque lo puntúe todo como el ojete, escribir textos para dar gracias a quien corresponda por haber caído genéticamente aquí y no en otra parte. Que todas partes tendrán su buena parte, pero esta, es la que es.
Este texto es para recordar y celebrar. Hoy nos iremos a comer al Cruce, porque sí, todos los que estaban allí ese día, tenemos que recordar y celebrar. Y nos faltará mucha gente.
Nos faltará mucha gente que llamaba, que estaba, que venía, que se preocupaba, que gastaba bromas, que hacía de apoyo emocional, logístico y más, al personal de todos y cada uno de los centros de salud de Jaén, Linares, Vilches, Santa Coloma, Barcelona y Badalona.
A todos y todas las que me refiero, que sabrán quienes son, muchas gracias. Y si podéis, tomaros algo a la salud del Paquito Molina, el hijo del Chispico y de la Juliana la Montora. El nieto de... porque él se la va a tomar, su cervecita, como un pepe.
Salud!

Foto del 19 de abril de 2017. Matando el tiempo haciendo árboles genealógicos en el Hospital Neurotraumatológico de Jaén.

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