martes, 17 de abril de 2018

¿Os acordáis de aquello?

Qué iba a decir. ¿Cómo va el tema? ¿En qué punto estamos? Desde que los expertos y las cabecitas pensantes se han pasado al tema del derecho internacional, he perdido comba. Ya no sé qué ocurre. Aquí, en Catalunya, digo. ¿Cómo iba? Ya hemos quedado que a la peña más o menos empieza a parecerle bien que todo esté así, pero ¿en serio que iba de esto la cosa? Yo ya no sé si vamos a tener president de la Generalitat, si es que ya lo tenemos, si es que no hace ni puñetera falta tenerlo, si la normalidad es antipatriótica, si ya estamos en otro estadio de la realidad, si somos todos catalanes, si Ciudadanos se lo va a llevar todo, si habrá elecciones otra vez, si no habrá elecciones... ¿y si no hay elecciones nunca más?
Ojo.
¿Y si no hay elecciones nunca más?
Total, parece ser que las elecciones, elegir gobiernos, elegir representantes, redirigir el rumbo de las políticas públicas o bien reafirmar las que ya existen, importa como una mierda. Unos porque han decidido que a lo mejor no me va a gustar lo que salga y otros porque ya dan todo esto como por perdido, pero sin establecer nada que ejerza de recambio. Total, para qué. No me vas a dejar gobernar, total para qué, ya va bien la cosa como está.
Un país sin gobierno, con un gobierno técnico, con un gobierno forzado. Sin ideología. Que va tirando. Va tirando con la ideología que ya existe y que nadie discute. Nadie discute nada. Solo importa saber si un recurso es una orden o una interlocutoria o la exposición de motivos o la declaración. Y así vamos pasando el tiempo. Y ahora propongo a este candidato y ahora al otro y ya no hay jornadas históricas y todo va quedando en nada.
Y se programan butifarradas republicanas y se tiene prisa por abandonar el acto porque toca otra cosa. Y da todo lo mismo, porque tengo otro objetivo que ahora no te puedo explicar. Y yo no digo nada, porque ya me viene bien dejar pasar el tiempo. Y a mí se me ha ocurrido esto pero nadie me hace caso.
Solo hay una cosa clara.
La Colau.
La Colau es lo peor. No sé cómo explicarlo pero cada vez me mola más haber caído en el mismo bando de la Colau. Cada vez es mejor estar en el bando de quien dice A y todo el mundo, todo el mundo, dice B. O C. Pero nunca A.
El otro día se me ocurrió que... no se me ocurrió nada. Seguro que estaba mal. Que pone una calle, está mal. Que presenta un proyecto. Esta mal. Es una independentista, es una cobarde socialdemócrata, es una ignorante, es la amiga de los separatistas, es una floja, es una inepta, no sabe hacer negocios, no, no, no, no, no. Da igual lo que diga, me encanta. Da igual lo que proponga, me encanta. Es lo único que tenemos claro de aquí a un año.
Un frente independentista, soberanista, republicano de la república de los unicornios, para cepillarse a la Colau. Un frente de personas de orden (personas de orden hay en los dos bandos) que se unan para cepillarse a la Colau. Todos. Unidos. Es lo único que tenemos claro.
Porque de lo otro... no te importa. Esto no me interesa. Los acueductos, las carreteras, las fuentes, las lámparas de gas, la propina al cochero, todo eso es nada. Las mujeres, los pensionistas, los obreros, los trabajadores, los precarios, los estudiantes, los ambulatorios, ahora no toca nada de eso. Total nada de eso cambia. Nada de eso va a cambiar. No te preocupes.
Preocúpate de la patatita. De llorar. De sufrir. Del honor mancillado de nuestros fachas. De nuestros fachas insultados. De los fachas que lo están pasando mal, con grandes problemas, háblales del mar, marinero.
Preocúpate de la patria. John Rham, o Jon Ram, o Jhon Ramh, ha ganado el master de tal. Y es español. Y hay relevo. Y por el otro lado Guardiola sigue cosechando títulos.
Y otra manifestación a la que poner buena cara. Y yo ya no me acuerdo de para qué estábamo aquí.
Va todo solo.
Alimentaria. Hostelco. Ministro de Educación. Bombardeo de Siria. Por la paz y la amistad.
No nos hace falta Hungría. Hungría somos nosotros.
Solo nos queda la Colau.

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