jueves, 21 de junio de 2018

1688. La primera revolución moderna - Steve Pincus

Esto es más o menos lo que es. La revolución es algo muy difícil de catalogar. Revolución en los precios, revolución en la música, revolución en las costumbres, revolución en la moda. Revolución como palabra gastada y usada. Como República. Si todo puede ser una república, nada es una república. Si una revolución consiste en subvertir las normas, las leyes, crear algo nuevo y diferente que sustituya a lo antiguo, quizás no me interesa decir que es una revolución. No me interesa nunca decir que una revolución es buena. Soy inglés, somos Inglaterra, nosotros no hacemos estas cosas.
Este libro de Steve Pincus, nos habla de una revolución que los ingleses quieren hacer pasar por otra cosa. Una revolución con sus altercados, levantamientos populares, intentos de contrarrevolución, sustitución de un régimen por otro régimen, huida de rey, cambios importantes en la tolerancia religiosa, nuevo sistema económico. Pero no.
Una revolució que se gestó durante décadas y que cristalizó cuando el rey Jacobo II decidió apretar el acelerador hacia una nueva forma de estado, centralista, también revolucionario en cuanto que venía a sustituir o quizás profundizar en unas reformas que cambiarían Inglaterra. Finalmente lo que cambió Inglaterra fueron otras reformas, totalmente de signo contrario.
Hola, tengo 43 años y en lugar de estar leyendo o viendo o haciendo algo útil, he pasado los últimos meses leyendo sobre este tema. Sobre este libro. Un libro sobre un asunto que los propios ingleses se esfuerzan por ignorar. Los historiadores pasan de todo. Incluso se niegan a celebrar los 300 años de esta revolución. Ellos no hacen revoluciones. Ellos inspiran revoluciones, las instigan, pero no las hacen. Una forma inútil de vivir. Preocuparse por temas inútiles que proporcionan conocimientos inútiles, que se exponen de manera vehemente luego en cualquier foro para darle un poco de sentido a la pérdida de tiempo descomunal que supone. Que ha supuesto.
Todo es susceptible de mejorar o de empeorar. Nada se quedan inalterable. Las percepciones sobre las cosas que pasan varían con el tiempo. La revolución y lo que significa. Lo que nos quieran vender como una revolución. Si le quitamos el sentido a la palabra revolución, okupación, rebelión, república, nos quedaremos con nada. Con una nada. Si a según que cosas le llamamos revolución, nunca veremos una revolución.
Una revolución es cambiar. Es cambiar un sistema. Es sustituir una forma de gobierno por otra. Y que perdure en el tiempo. Lo importante no es cabrearte y romper un cristal. Lo importante es que detrás de todo eso haya algo pensado. Un proyecto llamado a perdurar. Un proyecto que no genera consenso, porque si genera consenso significa que no es nada. Un proyecto enfrentado a otro, dos formas de vida, tres, de entender las cosas. Se enfrentan. Si eso pasa y una de ellas triunfa y perdura y establece lo que ha de ser y lo que no ha de ser, es una revolución.
Las revoluciones no siempre han de ser de izquierdas. No nos equivoquemos. Puede ser una revolución de derechas y no enterarnos.
Puede ser todo eso. Pero hay que saber verlo. Y alguien tiene que perder el tiempo intentando explicarlo. 850 páginas. Minuciosas. Ingleses. Whighs, tories, jacobitas, papistas, disidentes. Nombres, cuáqueros, presbiterianos, anglicanos, galicanos, católicos. Nombres. Conceptos. Ideas. Formas de perder el tiempo. 

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