lunes, 11 de junio de 2018

Marwan Ibn Yyaqub. Atrás.

De todas las cosas que puede hacer el ser humano, una de las más insospechadas es la de ir hacia atrás. De manera inopinada, uno puede ir hacia delante, pero también puede ir hacia atrás. Incluso cuando piensa que va hacia delante puede, en realidad, retroceder. Marwan Ibn Yyaqub también lo probó. Recordemos que Marwan es originario de la tribu que no avanzó y que él quiso avanzar y realmente lo hizo, pero también volvió hacia atrás. No solo recorrió los espacios que su tribu no había conocido por no haber avanzado sino que revisitó los espacios de los que provenían y que no habían vuelto a visitar desde hacía generaciones. Marwan Ibn Yyaqub lo hizo sabiendo o sin saber. Sabiendo que estaba viajando, pero desconociendo que estaba viendo sitios que los suyos consideraban como suyos también. Marwan Ibn Yyaqub cruzó el río y lo volvió a cruzar de nuevo para volver. Es algo que hacemos todos y que Marwan Ibn Yyaqub experimentó, como experimenta cada día algo nuevo, porque todos experimentamos algo nuevo cada día, siempre, a todas horas, la vida es eso que nos pasa a cada momento que es diferente y novedoso cada vez. La vida es eso tan bonito que tenemos entre las manos y que consiste en cruzar el río o no cruzarlo cada día. La vida es eso que le pasa a Marwan Ibn Yyaqub cada día y que te pasa a ti también cada día. La vida es un mapa de colores que señala los países que existen en el mundo y es también el resto del aceite de una sartén aunque le hayas quitado todo el aceite. La vida son una gran cantidad de cosas que tienes en cuenta y otras cosas que tiene en cuenta el resto de la gente y todos en común hacemos una vida o hacemos varias vidas. La vida de Marwan Ibn Yyaqub parecía definida por la idea de avance, pero en algunos momentos regresamos. A veces te regresan y tú crees que estabas avanzando, pero como suele ser bueno, todo suele ser bueno, todo está bien y todo es porque es, lo asumes y dices que es así. Y avanzar o retroceder es indiferente. No avanzas nunca. No retrocedes jamás. Es mejor no retroceder jamás, dirán algunos, es más valiente. Es mejor huir y estancarse y esconderse y apalancarse y aburrirse y vivir la vida sumando cero. Es mejor un traje de color gris que un traje de colores. Un pantalón de chándal o correr en pelotas por los campos. Cuando Marwan Ibn Yyaqub llegó de nuevo a su aldea provinente de atrás, de donde había venido y alcanzó de nuevo a sus congéneres, a sus paisanos, no les reconoció y estuvo con ellos durante unos cuantos días, compartiendo con ellos las cosas que ya conocía. Muchos considerarán que eso es un atraso, que no se puede seguir compartiendo con quien se compartía exactamente lo mismo como si fuera algo nuevo. Pero Marwan Ibn Yyaqub lo hizo y no sabemos si le importó mucho o no. Si no lo sabemos será que no. Queremos saber mucho. Siempre estamos queriendo saber. Hay muchos que también quieren ignorar. Todo el rato. Ignorar y saber. Avanzar e ir para atrás. La vida, en definitiva, es movimiento. Aunque los de la tribu que no avanzaron estaban vivos también. Qué controversia. Y mientras tú estás de controversia, la vida sigue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario