martes, 18 de septiembre de 2018

No malgastes tu juventud

Y cuando te digan algo no preguntes 'quién viene'. Ve, directamente. O también puedes preguntar 'quién viene', y no hacer el tonto. Y pregunta, o haz lo que te parezca. Pero no malgastes tu juventud, porque un día llegará en el que echarás la vista atrás y ni siquiera lo verás bien. Ni medio regular. Y te dolerá la espalda de estar todo el día haciendo como que no estás haciendo nada, pero estás haciéndolo. Y verás en los ojos de los demás que ya no eres como ellos. El más viejo de la mesa. ¿Quién viene? Quien sea. No vayas, no merece la pena ir. Selecciona, filtra, no digas que sí a todo. No digas que no a todo. No te conviertas en uno de esos que van luego por los bares buscando conversación, dando la paliza a la gente. No digas que sí siempre. No digas a todo, vale. No malgastes la juventud haciendo siempre lo que te toca hacer. Filtra. Selecciona. Dile a esa chica que no llame más. Dile tú algo. No vayas en el metro pensando que es la mayor experiencia que puedes vivir. No empieces a pensar que las reuniones, las asambleas, pasar frío o calor delante de algo o alguien que no es digno, es lo mejor que te está pasando. No malgastes la juventud produciendo, pensando en producir, no vegetes, no intentes entenderlo todo, no vale la pena pasar la juventud viendo series de mujeres que están pariendo o hablando de parir o pensando en tener hijos o algo parecido. No aborrezcas a los niños. No aborrezcas a nadie. No te quedes enganchado en un algo que va a estar pesándote toda la vida. Me gustaría sangrar por ti. No te pongas a hacer el tonto por nadie. No malgastes tu juventud. No vayas por ir. No te quedes en los sitios porque a lo mejor pasa algo. Nunca pasa nada. No alargues las bromas. No lo tengas todo apuntado. No pierdas los papeles. No tengas papeles encima de la mesa. No muestres entusiasmo. Vive la vida al límite. No te pierdas nada. No digas que no si has pensado de primeras que no. Filtra, selecciona, confúndete. No malgastes la juventud pensando que ya vendrá un tiempo mejor. Te dolerá la espalda mientras escribes. Te pesarán los ojos. Descubrirás que no tienes edad y que todo el mundo te dirá que no digas tonterías que tienes edad para hacer cualquier cosa. Me gustaría sangrar por ti, como en esos días. No malgastes la juventud yendo y viniendo sin sentido. Ve, pero con sentido. Siente. Los sentimientos. Si ves venir a alguien como yo, corre, huye, no le escuches, no te hará ningún bien. Si ves venir a alguien como yo, dale algo de conversa, seguro que no tiene ni idea, pero de todo se saca algo. Si te crees que cortándote el pelo, hablando bien ahora de aquel que un día te trató mal, acercándote a la gente para ver qué puedes obtener, puedes ser mejor persona, estás equivocado. No te hagas líos. No cambias nada. No se cambia nada. Todo el mundo está esperando a que lo hagas medio regular, nadie espera nada de ti. No te esfuerces. No hagas que los demás se esfuercen. Me acuerdo de aquellos días, en Santa Coloma, parecía que nada de lo que hiciéramos estaba bien. Nada de lo que nos iba a venir estaba bien. Nos íbamos a quedar todos como estábamos. Y no era verdad. No malgastes la juventud. Que no se vaya por el arroyo. No veas tanto la tele. Aprende de fútbol. No juegues al fútbol. No hagas símiles con el ajedrez. No hagas nada. No te quedes callado cuando haya algo que tienes que decir, y sobre todo no digas nunca eso de 'le iba a decir que' o 'le tendría que haber dicho' o 'me quedé con las ganas de decirle que'. Porque no hay más oportunidades. No te preocupes. Mañana seguro que tienes de nuevo la oportunidad de cagarla. Nada cambia. No hay mucho más. No malgastes la juventud. Levántate y mira el móvil.

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