jueves, 11 de octubre de 2018

Algunas consideraciones en torno al problema de la asunción de decisiones a veces contradictorias en el marco de la actividad política en la sociedad contemporánea

Qué te voy a contar yo a ti que tú no sepas. Qué me vas a decir a mí, a mí que puse el otro día una foto de la Teresa Rodríguez diciendo que con los socialistas sabes cómo entras y cómo sales porque está escrito en los libros con letras doradas y santas. Y qué me vas a contar tú que has hecho de la pureza y de la recta vía hacia el nosequé que tú sabes que se consigue siendo lo que tú sabes que eres porque lo tienes tan claro y tan así que lo dominas y lo conoces y lo tienes por la mano porque sabes cómo se empieza y sabes cómo se acaba y cómo habéis terminado en los sitios donde lo habéis hecho, que no es de otra manera que siendo un actor necesario para la consecución de la nada. La nada como elemento que nos define y nos constituye. A todos. A los que se lo creen, a los que lo tienen todavía cogido con pinzas, a los que hacen alardes, a los que se saben media internacional, a los que aplauden cuando les toca, a los que les da pereza ir a una cosa que no saben si va a ser o no va a ser, a los que les va John Lennon, a los que no les va, a los que entienden que no podemos dejar que esto se vaya de madre, a los que entienden que todo está justificado porque todos sabemos que si esto no es a ostias no tiene manera de arreglarse, pero que esas ostias no me caigan a mí, un día, ese día, el día en el que caigan todas las hostias, que van con h, ese día no preguntéis por mi paradero, ni en el puente de Vallecas ni en ninguna otra parte. Y tú que dijiste que con los socialistas no ibas a hacer nada y que aún ahora te resistes a ver una fotografía de Pablo Iglesias con el señor presidente y que no se te lleven los demonios, piensas que a ver a quién le jode más todo esto y de qué manera articulamos un discurso y unas consideraciones. Y sabes que no hay escapatoria y que ya que te tienen la sartén cogida por el mango, intenta al menos que no te tiren el aceite hirviendo. Y no soy ningún politólogo, ni tengo más conocimiento que el que me da tener tiempo para leer las noticias, antes, antes sí, ahora no tengo ya tiempo, miento, tengo tiempo, no os importa mi vida. No quiero decirlo. No quiero. Pero no tengo ganas de quedarme callado. Es así. Un acuerdo por los presupuestos. Ayer era que no, pero en horas iba a ser que sí. Y salen nuestros portavoces y nos dicen que hemos conseguido taco de cosas y es cierto que se han conseguido taco de cosas. Y toca decirlo con la boca bien abierta, nosotros hemos conseguido muchas cosas que si no no se habrían conseguido porque ellos no están dispuestos a hacer nada. Y falta que se aprueben y que partidos de derecha consideren que esas medidas son buenas. Medidas que no votan en sus parlamentos. Y son cosas que no dejan de ser un parche, pero cuando veas que el cielo está cerca para asaltarlo, me avisas. Cuando veas que esto lo arreglamos a machete, primera carga a machete, me avisas. Mientras tanto, no le veo el qué a ir calentando al personal. Ni tampoco hacerme pasar por lo que no soy. Ni que te rías tú, que has sido el recambio natural de lo bueno y lo mejor de la política más reaccionaria que se recuerde desde el advenimiento del Rey Juan Carlos, ahora me pongas caritas de jiji jaja cuando tu contribución a la política nacional se la llevará el viento como se llevó a Miquel Roca o a Ruiz Mateos. Y te ríes pero estás listo de papeles y nosotros llamándonos pedro, juan, o carlos, estamos ahí. Y como decía Dylan, puedes servir al Señor o puedes servir al diablo, pero estás para servir a alguien. Ni dios ni amo, el voto y la ceniza en la moto, la rebeldía, conmigo que no cuenten, yo no juego a su puto juego, estoy a la moda. Esto es la monda. Algunas consideraciones de carácter práctico a un dilema que escuece desde el principio de los tiempos. Concentrar las fuerzas, eliminar al discrepante, apretar las filas, matar a la mitad de los tuyos porque los que queden serán mejores, sacar una cocalola de la nevera, seguir leyendo, el viejo sueño de la épica, comer raíces y limpiarnos el culo con hojas, aquello que dijimos. Compañeros, escuchar esto que tengo que deciros, hemos firmado un pacto para la aprobación de los presupuestos. Pensaban que no, pero es que sí. Y ahora toca ir uno por uno esperando las réplicas y las contrarréplicas y ponernos tranquilamente a discutir. Tranquilamente. Cómo envidio esa capacidad de poner nervioso a la gente, nerviosa a la gente, y luego esperarlos tranquilamente, soliviantando más aún a la gente. Compañeros. Estas no son formas. Cómo envidio la capacidad de calentar a la gente, de ponerla a mil y luego decir que cachislosmengues que las cosas, y las cosas. Y nosotros que íbamos a ir a por el oro y el desto y al final nos vemos aquí, con la foto, con pedro, con nuestra cara de aquí estamos.
Pero estamos. Un punto y aparte. Algo de bueno tenemos que tener. Estamos. Y lo poco que hacemos, que te parecerá poco porque lo ves tirado y si no sale pues eso, lo poco que hacemos, lo podemos hacer. Y ayer te bufabas porque es que con los indepes te has ido otra vez y qué vergüenza y ahora qué. Pero da igual. Un punto y a parte.
Y mira ahora cómo me brilla la cara que antes no me brillaba. Que el sol de la mañana brilla en mi cara.
Y ya puedes empezar a discutir. O no. Es peor.

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