lunes, 29 de octubre de 2018

Brasil, Brasil...

En la cabeza ayer tenía la canción de Brasil, en la versión que salía en el White Bicycles, de Geoff Muldaur. El tópico. Brasil. Caetano Veloso, Gilberto Gil, Rita Lee, Os Mutantes, Tom Zé, Sepultura, Gal Costa. Elis Regina y Tom Jobim cantando en torno a un micro. Gente. Cantantes. Literatos. Artistas. Gente. Jair Bolsonaro. 55% de los votos, será el presidente de Brasil. Lo primero que dijo que haría es cerrar el Parlamento. Ha dicho tantas cosas tan descabelladas que no merece la pena repetirlas.
Me quedo con la que dijo en el parlamento brasileño el día que se votaba la destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Ahí, cuando dio su voto a viva voz, recordó la memoria del torturador de Dilma Roussef. En el parlamento, no en una entrevista, no en un mitin, no, en el mismo parlamento recuerda y ensalza la memoria del militar que torturó a Dilma Rousseff cuando en la dictadura fue detenida por...
Pero qué estoy contando. A usted, a nosotros esto no nos importa. Ahora nos alarmamos con el tema, dedicamos unos cuantos tweets a ponernos estupendos, nos acordamos de las canciones que nos gustan de Brasil. Tengo unas munich verdeamarillas. Dicen que los fans de Bolsonaro llevan la camiseta de la selección. Qué cosas. Ahora me da como cosa ponérmelas. Lo que digo, a nosotros esto nos importa ahora, en estos momentos. Luego, esperaremos a ver qué cosas ridículas hace Bolsonaro y nos reiremos. Y nos lo tomaremos a broma mientras posiblemente vaya hundiendo a su país en la pocilga de las políticas represivas, en el ultraliberalismo económico, en la mierda. Y nosotros aquí seguiremos esperando a que no nos pase. Riéndonos de la última idiotez de Pablo Casado. Haciendo análisis sobre cómo puede ser, pero pensando que aquí estamos seguros y confiados en que el miedo a la derecha haga que la derecha no gane. Y recordaremos que el PT de Lula no era chavismo. Pero da igual. Porque la Rahola esta mañana ya ha identificado todo con todo. Y ha dicho que los gobiernos de izquierdas son corruptos, ineptos, no sirven. Kirchner, Lula, Roussef, Maduro. La izquierda es corrupta y no vale. Mira qué desastre es Brasil. No compartimos que Bolsonaro sea así, claro, pero es que... con esa izquierda.
La izquierda.
La izquierda está bien si camina con los buenos. Si su discurso izquierdista solo vale para apuntalar que manden los mismos bajo el disfraz de 'revolucionarios'. La izquierda solo sale en la tele y en las radios si critican, si dividen, si parten. La izquierda que solo vale para ocupar puestos en Consells de la nosequé. Esa sí. Esa sale siempre. Siempre es útil. Gracias por acompañarnos en el viaje.
Brasil. No conozco nada de Brasil. Dice un reportaje de La Vanguardia que la campaña se ha hecho en los móviles, que Brasil es el país con más horas de móvil. O uno de los que más. Sospecho que nosotros somos otros. Los siguientes.
Pero a nosotros esto no nos va a pasar nunca. Nosotros no vamos a caer en el error de pensar que necesitamos a alguien que ponga orden ante tanto despiporre y tanta anarquía. No nos va a pasar nunca. Nunca nos va a pasar. Nunca nos ha pasado.
No conozco nada de Brasil. Escuchar discos de Caetano Veloso no significa nada. No me gusta la selección de Brasil, de nunca. Jugadores endiosados, inflados, un fútbol basado en la mercadotecnia, en los personajes simpáticos, risueños, felices, a los que tienes que querer porque son... y vemos como muchos de ellos hoy apoyando a Bolsonaro. No tiene nada que ver. Juninho Pernambucano, por ejemplo, criticando a los futbolistas que apoyan a la derecha.
Gruff Rhyss le hizo una canción a Ronaldinho. Con Cariño. Era muy bonita. Ronaldinho. Feliz. Ronaldinho, que venía de familia de pasta porque su padre ya fue futbolista. Ronaldinho. Neymar. Neymar cuidándose de hacer ver que es de Bolsonaro porque sabe que aquí en Europa no...
En Europa.
Elecciones de Hesse, en Alemania. Merkel se retira porque se ve superada por los acontecimientos. En Alemania avanza también algo oscuro.
La culpa de que crezca la ultraderecha no es de nadie. El fascismo se despierta cuando la única cosa a la que apelamos para solucionar nuestros problemas es la bandera. Todos juntos con la religión, la bandera, la sexualidad única, el poder, las hostias bien dadas.
Aquí lo que están faltando son hostias.
Y mientras tanto. En algún lugar lejano de la galaxia. Alguien está jugando a la política. Y lo oscuro sigue avanzando.

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