jueves, 25 de octubre de 2018

Las tres patas del estado de derecho

Están clavadas dos cruces en el Monte del Olvido. Canciones que nos sabemos todos. Letras que compositores mágicos nos metieron en nuestras pequeñas cabezas de chorlito para que no las olvidásemos nunca. La fiesta de la democracia. La magia de la radio. No hay magia en Nueva York. Buenas noches, bienvenidos, hijos del rock and roll. Estamos aquí para irnos. Nos hemos dotado de los órganos pertinentes para salir de esta situación. Todos los caminos llevan a Roma. Más vale pájaro en mano que ciento volando. No me caigo bien, me caigo mal. Somos asiduos, pertinaces, usuarios de las frases que todo el mundo conoce. Al menos no somos como los ingleses o los americanos que no saben decir nada sin el 'es como'. Es como qué. Como comiendo. Eso es como todo. Quizás eso lo resume todo. Quizás merece la pena hacer un texto, de nuevo, repetido, sobre la importancia de resumirlo absolutamente todo en el 'eso es como todo'. Las tres patas para un banco. Vaya tres patas para un banco. Tres patas. Tres cruces. Una vindicación de lo conocido. Una puesta al día de lo que ya sabemos. Volver a lo tradicional. Los discos de la Credence. Toca alguna que nos sepamos todos. Vamos a cantar canciones que nos sabemos todos y así todos podemos participar. Lo siento, me tengo que ir, ando muy liado. Es una lástima. Te esperamos si quieres. Voy en coche. No te preocupes. Ahora te puedes marchar. El estado de derecho se rige por principios fuertes, asentados en la tradición de la ley y el respeto por las minorías, por las mayorías elegidas democráticamente, democráticamente. La democracia. La república. Una república de hombres y mujeres justos y dignos. La república se construye a partir de consensos. Los hombres y mujeres. Deberías darte cuenta de cómo son las cosas. Nunca te das cuenta de nada. Canciones que tu madre puede conocer. Vamos a cantar. Quita esa canción triste y siéntete mejor. Aprende inglés con The Beatles. Quise, hace años, aprender alemán, asistir a clases de alemán, porque me gustaba mucho Neu! y Kraftwerk. Neu! ni siquiera cantaban en alemán o en inglés. No cantaban. Decisiones acertadas. Decisiones sopesadas en el seno de una familia del norte de Wisconsin. Arkansas. Kansas. Kansas y Arkansas. Todas las frases épicas. Braveheart haciendo arengas épicas durante toda la película. Los trailers de las películas bélicas. Las previas, los montajes radiofónicos de la cadena ser antes de cada partido. La guerra. La guerra eterna. La revolución permanente. Estar todo el día pensando en acometer actos revolucionarios. Iba a poner verdaderamente revolucionarios, pero quién soy yo para calificar o no un acto como revolucionario. Tocar el banjo en un porche con una brizna de hierba en la boca. Imágenes que todos reconocemos. Que nos son familiares. Hay algo de mí que se perdió en aquella noche, mientras el río Zambeze seguía su curso. Somos todos iguales ante la ley. Siempre ha habido ricos y pobres. Me toca las pelotas sobremanera. Llego allí, me siento, cuando me toca irme me voy y así todos los días. Voy a perder la cabeza por tu amor. Solo tú. Ojalá estuvieras aquí. Aprenda inglés con Pink Floyd. Deberíamos aprender a querernos más a nosotros mismos. A escuchar nuestra voz interior. A saber controlar nuestro cuerpo. A amar. A amar. Todas las as juntas. A amar. Abú Bakr. Gadafi arrastrado por el suelo. La caída del Imperio Romano. El paso del Serengueti. Y ahora, puedes hablar tú si quieres.

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