miércoles, 18 de septiembre de 2019

El regreso de Conejillo Siniestro

Es como cuando Robert De Niro y Al Pacino hicieron aquella película, que luego resultó ser un poco truño aunque yo no la he visto, Ronin* creo que se llamaba, que todo el mundo se pensaba que ya habían trabajado juntos aunque realmente eso jamás había pasado, porque en El padrino no habían coincidido realmente. Pues este es el caso.
Lo primero e importante. Conejillo Siniestro fue salvado por aclamación popular. Nadie entendió que Conejillo Siniestro fuera enviado al cubo de la basura y del cubo de la basura fue rescatado y tuvo que ser limpiado a conciencia y una vez lavado y puesto a secar, algo o alguien desde algún sitio o puede que la pila hiciera conexión de alguna manera pero Conejillo Siniestro volvió a la vida.
Desde aquí quisiera agradecer todas las muestras de apoyo y comprensión hacia lo que significa un elemento como Conejillo Siniestro. Ese elemento sepultado entre papeles, entre cosas, entre esto y aquello y que, llegado el momento hay que decidir si vale o no vale, es víctima de las prisas, el foc nou, dejar atrás...
Pero no.
Y ahora lo encontramos de nuevo y mejor. Mejor porque está acompañado de otro elemento que está en casa desde siempre. La rata Minnen Ratta de Ikea. Ese elemento decorativo que no decora. Si Conejillo Siniestro no dejaba de ser un conejillo y los conejillos muy pocas veces son antipáticos, el caso de una rata y más de una rata del Ikea, la verdad es que nunca suscitó las simpatías de nadie. Siempre situada encima de la televisión, ha sido objeto de críticas, menosprecio, falta de atención, en primer lugar por mí mismo. Por quien lo compró. Ahí estaba, sí, siempre, pero sucio y sin que jamás nadie se preocupara por su bienestar.
Y ahora, ha llegado el momento del encuentro. Conejillo Siniestro y la Ratta en el espacio más frecuentado, más estimado sin duda de todo el domicilio particular. En su propio domicilio. El equipo de música. El espacio más mimado, donde se crea el verdadero clima del domicilio, de su propio domicilio, del domicilio particular. El equipo de música.
Conejillo Siniés ha vuelto, más limpio, más blanquito. Y a su lado la rata.
¿Cuántas veces más erraremos en nuestro juicio? ¿Cuántas veces más daremos por finiquitado, acabado, obsoleto, aquello que todavía tiene algo que aportar? ¿Cuántas veces más consideraremos que algo tiene algo que aportar o no vale? ¿Cuántas veces más nos dejaremos arrastrar por la nostalgia? ¿Cuántas veces más rescataremos de la basura nuestro pasado?
Ahí estás, Conejillo Siniestro. Tan feliz.

* No es Ronin, es Heat. Aportación de Xavi Chica, que sí que es periodista.

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